• “El conocimiento astronómico influye en la generación de tecnologías”, señaló Mario Andrés De Leo Winkler.

Por: Redacción/

Estudiantes de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrollan diversos prototipos relacionados con misiones aeroespaciales con el apoyo de la inteligencia artificial, señaló el ingeniero Fernando Tavera Romero durante la Semana de la Cosmonáutica en la UAM 2022.

El académico del Departamento de Ciencias Básicas de la Unidad Azcapotzalco explicó que son parte de proyectos multi y transdisciplinarios en los que se utilizan algoritmos de reconocimiento de voz, visión artificial y realidad aumentada.

Hasta el momento se cuenta con un modelo de simulador de una aeronave y una propuesta integral en la que a través de una pantalla pueden verse todos los errores que pudieran estar ocurriendo en las misiones aeroespaciales, desde la planeación hasta el lanzamiento.

También el proceso de un seguimiento multicámara que permite alertar sobre zonas de peligro o la falta de algún equipo de protección en los trabajadores, así como indicar la ruta más rápida a seguir si surge algún problema, apuntó en su ponencia Tecnología UAM para el cuidado de la salud en misiones aeroespaciales.

“Tenemos un dispositivo de acoplamiento de una nave a la Estación Espacial Internacional y con algoritmos de visión artificial y realidad aumentada hemos podido diseñar algunos modelos para la divulgación de la misión Apolo que permite conocer cómo era el cohete, cada una de sus partes y las diferentes fases de lanzamiento”.

El ingeniero Tavera Romero destacó que se busca crear puentes entre la academia y la industria y traspasar gente de un lado a otro, ya que existen muchos estudiantes muy talentosos y con diversas propuestas.

“Buscamos hacer proyectos cada vez más sofisticados en los que la industria esté enterada de lo que estamos desplegando y que la academia conozca también cuáles son sus necesidades para, en conjunto, crear soluciones”.

El doctor Mario Andrés De Leo Winkler, titular de la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la UAM, detalló aspectos sobre Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y cinco planetas enanos –Plutón, Ceres, Eris, Sedna y Haumea– que conforman el sistema solar, además de puntualizar que dicha cifra puede crecer en los próximos años.

“Hemos encontrado múltiples cuerpos candidatos a ser planetas enanos, hay cerca de 120 esperando ser analizados y estudiados para que la Unión Astronómica Internacional los considere, como fue el caso del cambio de nomenclatura de Plutón”, indicó en la ponencia El nuevo sistema solar.

También explicó que hay una sección del sistema solar hipotética que no se ha detectado directamente llamada Nube de Oort, situada más allá de Plutón y es una esfera ubicada alrededor del Sol de donde salen la mayoría de los cometas que pueden verse.

Sobre el cinturón de Kuiper señaló que este anillo de cuerpos helados se encuentra fuera de la órbita de Neptuno y es justo Plutón el más famoso de los objetos que flotan en él.

“Se pensaba que Plutón era un planeta muy anciano geológicamente que llevaba miles y millones de años sin que algo sucediera en su superficie y descubrimos que es todo lo contrario, hay hielos que se mezclan, su superficie se va renovando, se puede ver toda la diversidad en colores y composiciones químicas, así como sus múltiples lunas, entre ellas Caronte”.

El doctor en astrofísica De Leo Winkler refirió que el conocimiento astronómico influye en la generación de tecnologías, pues “las cámaras en los celulares, los aparatos utilizados en rayos X en la medicina, la seguridad en el aeropuerto, el equipo para buscar yacimientos de petróleo o mineros –por mencionar algunos ejemplos– son producto de la exploración espacial y cosmonáutica de nuestro sistema solar”.

Los nuevos descubrimientos en torno al tema son relevantes, no sólo por las tecnologías desarrolladas, sino también para conocer posibles riesgos que afecten la Tierra, la existencia de otros seres vivos –como es el caso de los tardígrados mejor conocidos como “osos de agua” que sobreviven en extremas condiciones en el espacio exterior– así como organismos similares que pueden hallarse en lunas alrededor de Júpiter y Saturno, o bien, la posibilidad de ver en dónde podría continuar la vida a través del cosmos.