Por. Redacción/

El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), presentaron el Foro Bilateral México-Líbano, país invitado este año en el festival del Bajío. El encuentro inició con el pitching de dos proyectos que buscan representar una coproducción entre ambas naciones.

Se trata de Todo lo que tenga futuro y Sangre libanesa. El primer proyecto está a cargo de la directora española-libanesa Laila Hotait; y el segundo es dirigido por Giselle Elias Karam y producido por los mexicanos Juan Pablo Bastarrachea y Daniela Domínguez.

Todo lo que tenga futuro será filmada en Egipto al desarrollar su historia en el centro de El Cairo y contará con tres protagonistas femeninos. Por otro lado, Sangre libanesa busca retratar a la comunidad de libaneses que viven en nuestro país, lo cual no se ha hecho desde la década de los 40 con películas como El baisano Jalil (1942) y El barchante Neguib (1945).

Durante el Foro Bilateral fue dado a conocer que trabajar en coproducción es la tendencia a nivel mundial. En 2017, el 30 por ciento de las películas producidas en nuestro país se hicieron con otros países como Estados Unidos, España, Colombia, Canadá, Francia, Marruecos y El Salvador, entre otros.

Se explicó además que principalmente son tres características las que permiten una coproducción: la historia, el financiamiento y la distribución, “la piedra en el zapato” de muchas cinematografías. Es el caso del cine libanés, por ejemplo, ya que sólo tres de sus películas han sido distribuidas en México en lo que va de este siglo: Caramelo, El profeta y 13 mujeres desesperadas.

Monserrat Sánchez, directora de Proyectos y Eventos Internacionales del Imcine, compartió durante el encuentro que en el caso de México no se requiere que las coproducciones tengan que ver con nuestro país, o tener un tratado formal de coproducción mientras en la obra participe un coproductor mexicano. Sin embargo, no ocurre lo mismo en todos los países.

En esta administración del Imcine se ha trabajado en la creación de acuerdos internacionales como una estrategia para que los productores tengan acceso a los países que sí restringen sus fondos si no hay un tratado de coproducción internacional, como pasa con Francia, Rusia y Reino Unido.

Actualmente hay una relación formal de México en materia cinematográfica con países como Corea del Sur, Suiza, Canadá, Italia, Argentina y Brasil, y se mantienen conversaciones para establecer acuerdos con Israel, Rusia, Alemania y Bélgica.

En el caso de Brasil y Argentina en el que los acuerdos ya están establecidos, el Imcine propició este año junto con sus instituciones homólogas el lanzamiento de una convocatoria para coproducir y codistribuir una película, lo que da garantía de que ésta pueda verse en ambos países.

El Foro Bilateral también representó una plataforma para hablar sobre la manera en que cada país financia su cine. Por un lado se habló sobre la oportunidad del cine libanés para abrirse camino al mundo a través de las coproducciones ante la escasez de fondos que se ofrecen en este país; y por el otro se dieron a conocer los apoyos y fondos que el Estado mexicano ofrece para incentivar la producción de cine nacional.

En el último lustro, la producción cinematográfica de Líbano se ha incrementado con un promedio de 30 películas anuales y una asistencia a sus pantallas de cine de cuatro millones de asistentes en promedio. Por la parte de México, tan sólo en 2017 se produjeron 176 películas y se contabilizaron 22.4 millones de asistentes a películas mexicanas, el cuarto año con más asistencia al cine nacional en las últimas tres décadas.

Como desde hace 11 años, se espera que el Foro Bilateral del Imcine y GIFF resulte una plataforma de trabajo que permita estrechar lazos que fortalezcan el sector fílmico en ambos países y el diálogo fomentado encamine la construcción de políticas y fondos públicos que generen una sinergia que impulse la producción y distribución cinematográfica y audiovisual.