Por: Redacción/

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) advierte que la degradación de las
tierras puede tener efectos devastadores e irreversibles para la población y el medio ambiente,
al provocar aumento en los fenómenos migratorios y desplazamiento forzado interno, lo que
incrementaría los índices de pobreza y repercutiría en la estabilidad económica y el desarrollo
sostenible, que están estrechamente vinculados con el goce y disfrute de diversos derechos
humanos.

Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
señala que la degradación se refleja en la disminución de la capacidad del ecosistema para
producir bienes y servicios ambientales. Es el resultado de una compleja interacción de
factores naturales y socioeconómicos como el tipo de suelo, el relieve, la vegetación y el clima,
así como la densidad poblacional, la tenencia de la tierra, las políticas ambientales y los usos
y gestión del suelo.

De acuerdo con estimaciones del estudio para la determinación de la Línea Base Nacional de
Degradación de Tierras y Desertificación, realizado en el 2013 por la Comisión Nacional
Forestal, el 63.02% de la superficie nacional está afectada por la desertificación, en mayor o
menor medida; en dicha área habitan aproximadamente 63 millones de personas, “lo que
indica que el problema asociado a la disminución o pérdida de la capacidad productiva de las
tierras del país es grave”; por lo que resulta imperativo establecer planes y acciones
encaminadas a revertir este proceso. Asimismo, señala que habitantes de “17 de las 20
ciudades más pobladas del país están viviendo en zonas afectadas por procesos de
degradación de tierras, sequía y desertificación”.

Esta Comisión Nacional destaca la obligación de las autoridades de los tres órdenes de
gobierno de adoptar marcos programáticos e institucionales para garantizar la gestión forestal
sostenible, la restauración y conservación de los suelos, que den protección efectiva a
biodiversidad y recursos naturales, con perspectiva de derechos humanos, como ejes para el
desarrollo del país y del bienestar social.

En el marco del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía –17 de junio—, la
CNDH demanda atención urgente de autoridades federales, estatales y municipales y de la
sociedad en su conjunto para impulsar políticas del uso racional del agua, la plantación de
árboles y generar conciencia de que debemos prevenir los cambios climáticos como
consecuencia de sequías y desertificación.

Señala, asimismo, la importancia de incentivar en los sectores agrícola y ganadero la
realización de prácticas sostenibles de producción, para aprovechar de manera adecuada el
alto potencial de recursos con que cuenta nuestro país y promover la participación e
involucramiento de la población en su desarrollo y ejecución.

La CNDH recuerda que México es participante activo en el desarrollo de acciones en relación
con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, e internamente
ha diseñado la Estrategia Nacional de Manejo Sustentable de Tierras, con enfoque
multisectorial para prevenirla y controlarla, mediante 38 programas federales enfocados en los
ejes ambiental, social y económico, que incentivan actividades de reforestación, conservación
de suelos, pago por servicios ambientales, monitoreo y capacitación, entre otros.

Dicha Convención es toral en el logro de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de la ONU, especialmente de los objetivos: 15 “Objetivo 15. Proteger, restablecer y
promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los
bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y
detener la pérdida de biodiversidad”; 12 “Garantizar modalidades de consumo y producción
sostenibles”; y 13 “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”,
dichas acciones en favor de las generaciones presentes y futuras.

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la
Sequía, la CNDH se une a los objetivos de Naciones Unidas bajo el lema “La Tierra es valiosa.
Invierte en ella”, al rechazar el uso insostenible de la tierra, llamar a la población cambiar los
hábitos de consumo no sostenibles e instar a las autoridades de los tres órdenes de gobierno
para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, promuevan políticas públicas en
materia de gestión forestal sostenible, conservación y protección de los suelos, en que se
incentive al sector agrícola y ganadero a realizar prácticas sostenibles de producción.