• Esta es la escalada más violenta que se ha registrado en siete años, aunque los muertos que ha dejado esta guerra han afectado a varias generaciones.

Por: María Manuela de la Rosa A./

El pasado diez de mayo Palestina lanzó siete cohetes antitanque a Israel desde la franja de Gaza, tres de los cuales fueron lanzados desde Líbano, lo que constituye un frente abierto de batalla, puesto que Abu Obeida, portavoz del ala militar de Hamas, se atribuyó el ataque e informó que había lanzado 400, pero gracias al Domo de Hierro, el famoso sistema antimisiles israelita, que ha logrado repeler los ataques aéreos de los últimos años en un 95%, ya que gracias a modernos sistemas de radares, los misiles que pudieran entrar a territorio israelita, son detectados con anticipación y el sistema de defensa antiaéreo logra aniquilarlos en el aire, antes de llegar a su espacio aéreo. Pero dada la magnitud del ataque, en esta ocasión el domo resultó insuficiente.

Israel ha respondido con 130 ataques con aviones de combate y helicópteros, dispuesto a mantener su posición de ventaja en este conflicto.

Esta es la escalada más violenta que se ha registrado en siete años, aunque los muertos que ha dejado esta guerra han afectado a varias generaciones.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu afirmó que Hamas cruzó la línea y que responderían con fuerza, lo que hicieron; mientras el ministro de defensa de israelita, Benny Ganz, señaló que no permitirían ninguna crítica por la respuesta de Israel al ataque palestino, anteponiendo el deber de proteger a su población.

Reacciones internacionales.

China, Noruega y Túnez solicitaron una reunión para deliberar en el Consejo de las Naciones Unidas, pero Estados Unidos no estuvo de acuerdo.

El presidente Joe Biden mostró su apoyo al gobierno de Israel mediante una llamada telefónica con su homólogo.

Estados Unidos, tradicionalmente aliado de Israel, a través de su Secretario de Estado, Antony Blinken, llamó a un cese inmediato de los ataques por ambas partes. Pero este pronunciamiento no lo hizo de manera pública, sino a través del portavoz.

Sin embargo, Estados Unidos detuvo un posible pronunciamiento por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por considerarlo de poca utilidad para aminorar la tensión. Esta decisión fue a petición del gobierno israelita, que pidió al presidente norteamericano que no interviniera.

Algunos estados miembros como Irlanda, sugirieron que era urgente dar una respuesta consensuada. China por su parte sólo se decantó por lo que respecta a un pronunciamiento por unanimidad.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, otro aliado de Israel, calificó de terrible e inaceptable este ataque, aunque manifestó su preocupación por los desalojos y asentamientos palestinos.

El responsable de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell dijo que la escalada de violencia debe cesar de inmediato, reprobando los ataques contra civiles israelitas.

La Oficina de Derechos Humanos de la Naciones Unidas condenó toda incitación a la violencia.

Varios países manifestaron su preocupación por los ataques entre ambos países, llamando al cese al fuego para dirimir las diferencias por medio de la diplomacia, entre ellos Argentina, Armenia, Ciudad del Vaticano, China, Rusia y México.

En apoyo a Israel se pronunciaron Estados Unidos, Uruguay y Reino Unido.

Varios países condenaron el ataque contra palestinos y pidieron a la comunidad internacional el cese de ataques militares, como Arabia Saudita, Baréin, Qatar, Egipto, Irán, Jordania, Kuwait, Libia, Pakistán, Omán, Turquía y los Emiratos Árabes.

Un conflicto en el que no se  ve solución.

Respecto a los disturbios en Israel, hay que señalar que la mezquita Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes y los ataques se sucedieron después de varios días de disturbios, en donde los palestinos protestaban por el desalojo de familias en el bario de Shaij de Jerusalén.

Lo cierto es que desde hace años los israelitas han estado ocupando territorio palestino sin que nadie haga algo al respecto, porque hay que hacer notar que se trata de población civil y no de combatientes, pero ni la ONU ni ningún organismo internacional ha intervenido, solamente en el plano diplomático, pero de una manera muy tibia, sin comprometerse en defensa de la población civil, que también ha  tenido que pagar las consecuencias de este conflicto armado.

Por su parte Líbano no tiene relaciones con Israel y tiene una abierta participación a favor de la causa palestina.

La violencia puede escalar y expandirse a otras regiones.

Estos ataques fueron precedidos por disturbios por parte de la población palestina en el último viernes del mes sagrado del Ramadán, en el complejo de la mezquita Al-Aqsa. Y no se tiene la certeza de que esto fuera motivado por el fervor religioso, que muchas veces es exaltado por líderes encargados de fomentar el odio, como ha sido el caso de muchas manifestaciones de terrorismo no sólo en Medio Oriente, sino en toda Europa en donde la población musulmana crece de manera preocupante, sin que las autoridades hayan establecido políticas públicas de integración cultural, lo que ha acarreado muchos problemas de radicalismo en Europa, como es el caso de Francia, en donde se han dado ataques de fanáticos para manifestarse en contra de la cultura occidental; también en Suecia o Alemania, en donde se han incrementado los espacios públicos a disposición de inmigrantes musulmanes, sobre todo para el culto religioso.

Dichas medidas, que tienen un propósito de integración, mostrando una gran  tolerancia religiosa, han derivado en manifestaciones anti occidente, por lo que no nos extrañe que en un futuro próximo se registren incidentes lamentables por parte de grupos extremistas en contra de la población en otros países.