Por: César Hernández/

El pionero que fusionó diferentes sonidos tropicales con su peculiar manera de tocar el acordeón, Celso Piña, ha muerto la tarde de este miércoles a la edad de 66 años. Después de ser internado de emergencia por un infarto al corazón en el hospital de San Vicente, en su natal Monterrey, se confirmó la muerte del músico regiomontano.

Celso Piña transcendió dentro de la escena musical nacional e internacional por haber fusionado sonidos tropicales como la cumbia con el norteño, sonidero, ska, reggae, hip-hop y rap, entre una gran variante de ritmos, aunado a que su personalidad se caracterizó por ser fresca, graciosa y bastante divertida dentro de sus presentaciones en vivo.

El también llamado “Cacique de la campana” comenzó a tocar música regional desde muy joven en compañía de sus tres hermanos Eduardo, Ramón y Enrique, y aunque sus inicios como músico fueron tocando guitarra y otros instrumentos, Piña no se identificaba con ninguno de ellos, hasta que en 1980 su padre le regaló su primer acordeón, con lo que el joven desempeñó una pasión inigualable que lo llevó a aprender lo básico del instrumento de viento y sobresalir inmediatamente.

Después de muchas horas de estudio, el músico comenzó a introducirse dentro de la música vallenata. Al adoptar este estilo, Celso Piña creó su primera canción “Mi colonia Independencia”, en honor a la colonia popular Independencia, ubicada en la zona del Cerro de la Campana en Monterrey.
Tras experimentar con estos ritmos y crear su agrupación “Celso Piña y su Ronda Bogotá”, el acordeonista se forjó de un estilo auténtico en donde, a través de los sonidos, plasmó los escenarios urbanos de la Ciudad de México y el resto del País.

Canciones como “La cumbia de la paz”, “El tren”, “Como el viento”, “Piragua” y la famosa “Cumbia sobre el río”, una combinación de cumbia y rap con la se puede describir aquello que significa ser mexicano.