Por Melisa Carrillo

Donde las haya, Caifanes es una de las bandas más legendarias, influyentes e importantes del rock mexicano. Desde que anunciaron aquella presentación en el Vive Latino del 2011 lo suyo se volvió un hito y como tal se dedicaron a crecer los sueños de su público que no los han dejado ir a descansar, pues lo que era un “aquí nos tienen y nunca nos volverán a ver” se ha vuelto una renovación constante de su calidad con cada presentación.

En esta gira en la que celebrarán sus primeros 30 años de trayectoria como una de las formaciones más influyentes de la era moderna del rock mexicano está presente la posibilidad de escuchar tres de los nuevos temas que tienen preparados para sus fanas que llevan tiempo esperando un nuevo disco que está cada vez más cercano.

Por ahora, la celebración de tres décadas los llevará a presentarse el próximo sábado 29 de abril en el Estadio de Beisbol Toluca 80, ubicado en Toluca, Estado de México.

 Caifanes  está cumpliendo 30 años en este 2017, desde hace un año se corrió el rumor que estaban grabando un nuevo disco que resulta un sueño para sus fans. Además de celebrar tres décadas, de editar algo este año el grupo estaría cumpliendo además 25 años de uno de sus discos más exitosos de su carrera “El Silencio”, del que se desprenden grandes clásicos como No Dejes Que…, Nubes, Miércoles de Ceniza, entre muchos más.

Hace unas semanas, la canción de Caifanes “Aquí no es así” se programó al unísono en estaciones de radio de todo el país como gesto de unidad de la iniciativa #To2Unidos en contra de la campaña que lleva a cabo Donald Trump como presidente de los Estados Unidos en contra de los migrantes mexicanos.

Originalmente Caifanes estuvo conformado por Saúl Hernández (voz y guitarra), Salvador “Sabo” Romo (bajo) y Diego Herrera (teclados y saxofón). Alfonso André (batería y percusiones) se uniría a la banda a partir de su tercera presentación en vivo. Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en Rockotitlán.

La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta que mucha gente se quedó fuera del recinto. Si bien Caifanes era un grupo nuevo, la anterior banda de Saúl, Alfonso y Alejandro Marcovich, Las Insólitas Imágenes de Aurora, tenía una amplia base de fanáticos.

Su primer disco, Caifanes (a veces nombrado también Mátenme porque me muero, Volumen 1 o Disco negro) salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero fue su primer éxito, seguido por Viento y La negra Tomasa, una versión de una cumbia escrita por el músico cubano Guillermo Rodríguez Fiffe.

El disco mostraba claras influencias del grupo británico The Cure y del resto del movimiento dark. Gustavo Cerati participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la guitarra en La bestia humana.

Este álbum fue precedido por un EP con tres canciones producido con la intención de probar la aceptación del grupo entre la posible audiencia; el resultado fue la venta de más de trescientas mil copias y, por lo tanto, la grabación del primer LP.

 Su segundo disco fue Volumen II, pero es mejor conocido como El diablito. Esto se debe a la inclusión de la imagen de un diablo, que recuerda una tarjeta de lotería, acompañado por una leyenda que dice justamente “El diablito”.

El guitarrista Alejandro Marcovich se integra al grupo; su presencia resultó notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a ser el sonido de Caifanes. En El diablito aparece una de las canciones más populares del grupo, La célula que explota.

Esta canción, mezcla de balada rockera con música de mariachi, apunta muy claramente la dirección que Caifanes habría de tomar a partir de ese punto: una mezcla de rock con elementos de la amplísima gama de estilos que comprende la música popular mexicana.

 En 1992 se edita El silencio, producido por Adrian Belew y que incluye gran parte del repertorio clásico de Caifanes, como No dejes que …, Miércoles de Ceniza, Nubes y Nos vamos juntos.

Cuando este disco salió a la venta el grupo ya era un éxito en México, Centroamérica, algunos países de Sudamérica y entre la comunidad hispana de Estados Unidos. En agosto de 1992 llenaron por completo el Hollywood Palladium de Los Ángeles.

En 1993 hicieron lo mismo en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, hazaña que ningún otro grupo de rock mexicano había logrado hasta el momento; con dicho concierto Sabo Romo se despidió de la agrupación. Diego Herrera lo seguiría poco tiempo después, al concluir esa gira.

 Al llegar 1994, Caifanes queda reducido a un trío conformado por Saúl, Alfonso y Alejandro acompañados en el bajo por Federico Fong y en los teclados por Yann Zaragoza.

Caifanes ofreció su último concierto el 18 de agosto de 1995 en la ciudad de San Luis Potosí.