Por: Carlos Chávez Aguirre

A pesar de haber sufrido una lesión que la mantuvo alejada seis meses de la pista durante el proceso, Yvonne Treviño hizo historia al convertirse en la primera mujer mexicana en clasificar a unos Juegos Olímpicos en la disciplina de Salto de Longitud al saltar  6,70; marca que también es el récord histórico mexicano. A menos de un mes de que debute en Río, la atleta que entrena en el mismo lugar que Carl Lewis, el hijo del viento, sentenció: “Yo no me pongo limites, una marca o un lugar; simplemente voy a dar lo mejor de mí en ese momento para poner el nombre de México en alto”.

La historia de Yvonne comienza en su ciudad natal: Monterrey, Nuevo León, en la primaria cuando solo tenía ocho años de edad y con dos semanas de haber empezado a practicar este deporte rompió su primer récord. Fue en el torneo de la amistad, donde se llevó el primer lugar del certamen junto con la mayor marca en salto de esa edad.

Sin embargo, sus primeros pasos en la disciplina se dieron de manera esporádica: “La verdad es que, yo siento que fue circunstancial, a mí me empezó a interesar el salto de longitud porque fui expuesta a esta prueba”. Ya que en el CEYCA, su primaria no se les permitía a las mujeres practicar deportes de conjunto. Solo podían entrenar: Atletismo, gimnasia o natación.

Fue por esta razón, que se le negó la oportunidad de practicar baloncesto, deporte que en el que le hubiera encantado participar: “Quería jugar básquetbol, pero como era un deporte en conjunto no estaba permitido a entrenar y mis papás querían que yo hiciera un deporte.”

Desde los ochos siempre le gustó este deporte, solo que ella no lo sabía “la verdad es que siempre me ha gustado correr y saltar, pero yo me preguntaba qué es el atletismo porque no es algo del que tuviera mucho conocimiento a esa edad y ya me explicaron de que se trataba y fue por eso que empecé”

Pero, en un país como México que tiene nula tradición en Salto de Longitud, ¿Por qué te interesó este deporte?

“Al momento de romper el récord a los 8 años, el atletismo llamó mi atención. Algo muy importante es que a mí nunca me forzaron ni a competir, ni a entrenar, nunca mis entrenamientos fueron pesados, siento que mi paso por el deporte ha sido muy progresivo. Mi entrenadora habló con mis papás y les comentó que tenía el talento para un día llegar a hacer historia en México pero que iba a hacer un largo camino y dicho y hecho, 20 años después pude cumplir mi sueño de llegar a unos Juegos Olímpicos.”

Aracely Castilleja, fue la entrenadora que inscribió a la nacida un 8 de marzo de 1987 en su primera competencia, por lo que la considera la primera impulsora a convertirse en una profesional. “Mi maestra fue una persona que marcó mi carrera deportiva porque la primera entrenadora es la que hace que te enamores del deporte y la que provoca que continúes en él”.

Después de ese día Yvonne sabía a lo que se quería dedicar, iba en sexto de primaria,  y a esa edad participó en su primera Olimpiada Nacional. Entrenaba de 45 minutos a una hora diaria pero resalta que nunca forzó a su cuerpo: “Poco a poco a media que fui creciendo la responsabilidad y las ganas de destacar fueron haciendo que yo metiera más tiempo a mis entrenamientos gradualmente, lo cual fue muy bueno porque normalmente a muchos atletas que empiezan desde muy pequeños los pueden llegar a quemar y así se pierden”.

Así pasó el tiempo, hasta que su entrenadora sabía que podía trascender más y un día le dijo: “Yvonne ya estás creciendo ya hay que entrenar un poco más fuerte, hay que buscar a ganar medallas internacionales”.

Pero no fue hasta 2011,  cuando logró participar en la competencia más importante en ese entonces, los Juegos Panamericanos en Guadalajara. No obstante, la atleta no consiguió presea.

 ¿Cómo te sentiste durante tu participación en Guadalajara 2011?

“Estando ahí, terminando la competencia, estando en el estadio y me dije yo quiero más que esto, yo quiero llegar a unos Juegos Olímpicos”.

No obstante, Treviño Hayek en ese entonces se encontraba estudiando la Licenciatura en Nutrición en el Tecnológico de Monterrey, al mismo tiempo de entrenar para clasificar a los Juegos Olímpicos. “La verdad eran días muy pesados, dormía muy poco, entrenaba a las 7 am y mis clases empezaban a  las 11 o una y terminaba a las cinco y era hacer tareas, fue una época pesada, pero nunca tomé como opción dejar mi carrera, ni abandonar mi sueño de continuar como deportista”.

Además la atleta, hace alusión en que escogió esa carrera para poder estar mejor preparada para la competencia. “Yo estaba estudiando mi carrera de Nutrición porque la alimentación siempre fue algo muy importante como deportista,  en esa época me decían no puedes comer esto, yo quería entender  y tomé la decisión de estudiar esta carrera para complementar con el deporte”.

Pero, llegó el primer golpe duro para la atleta nuevoleonense, al quedar marginada de Londres 2012. A pesar de esto, ella siempre se mostró optimista.

¿Fue un golpe duro para ti no poder ir a los Juegos en 2012?

“Yo quería ir a Londres 2012, pero las cosas no se dieron y eso me motivo aún más y pensé yo voy ir a Río tengo que hacer, lo que tenga que hacer”.

Y así fue, en 2012 representó a México en Centroamericano y del Caribe,  Mayagüez 2012 y Morelia 2013. Además ese mismo año consiguió dos campeonatos más: el campeonato de Primera Fuerza en Jalisco 2013 y el primer lugar en salto de longitud, en Sinaloa.

Sin embargo, un nuevo golpe llegó para la multicampeona nacional en el año 2014. Una lesión en tres ligamentos de la rodilla la excluyeron de cualquier competencia en el año.

¿Podrías describirme el momento de tu lesión?

“Estaba haciendo salto sobre valla y en la última, se me atoró el talón en la valla y me caí de rodilla al piso,  pensé no pasa nada, solo me caí. Pero al momento de levantarme ya no podía correr. Fue muy frustrante, no fui al hospital porque no traía nada roto pero mi cabeza daba vueltas”.

A pesar de eso, la lesión fue más grave de lo que parecía y al  parecer necesitaba operación el doctor le dijo “traes una lesión severa, no puedes seguir entrenando. Esta lesión requiere cirugía, pero yo le dije que no quería”.

¿Por qué no te quisiste operar?

Él me preguntó “¿quieres seguir compitiendo?” y le dije sí, yo tengo mi objetivo de ir a Río y el operarme significaba abortar ese sueño, por lo que finalmente decidí sanarme de manera natural.

La recuperación fue más lenta, duró seis meses desde febrero. Tuvo una férula que le inmovilizó la pierna y estuvo prácticamente parada hasta agosto. Fue hasta julio cuando sanó la rodilla: “El doctor me revisó y me dijo “de verdad tu rodilla sanó muy bien, estás como nueva, estoy sorprendido de que no necesitaste cirugía”.

Después de casarse en Julio de ese mismo año, Yvonne se mudó a Houston en septiembre y con el objetivo bien puesto, recuperarse y apuntar a Río 2016.

¿Cómo hiciste para superar mentalmente tu lesión?

Mi esposo jugó un papel muy importante él siempre me apoyó impulsándome, me decía tiene el talento para llegar más lejos no te des por vencida entrena. Y yo seguía con mi sueño intacto.

 ¿Cómo fue tu proceso de rehabilitación en Houston?

“El primer año fue el más difícil de todos en mi carrera profesional, porque fue un año de reaprender toda la técnica, todo lo que yo sabía, como si me hubiera desecho y vuelto  armar mis entrenadores de acá. Todo me lo enseñaron nuevo, músculo por músculo me volvieron  construir, el reaprender todos los movimientos, la forma correcta del salto”.

Kyle Tellez y Drew Fucc, fueron los encargados de entrenar y poner en Río a Yvonne. En la universidad de Texas, misma en la que se preparó Carl Lewis, diez veces medallista olímpico. Quien también forma parte del mismo equipo de trabajo.

Fue ahí, en Texas donde se preparó por año y medio para conseguir su boleto, fue el 6 de junio de este año cuando por fin lo consiguió, lo que ninguna mujer había logrado antes clasificar  en salto de longitud y lo hizo en Monterrey, ante su gente.

 ¿Puedes describir el momento en el que viste la marca 6,70?

“Todavía no puedo describir en palabras, sentí como si pudieras ver tu vida en un segundo, así la vi en mi cabeza cuando me dijeron 6.70 , solo pensaba en los momentos que me llevaron hasta ahí, en la gente qué había sido parte de este sueño y es una felicidad que no te puedo explicar, ahora si vamos a lo bueno”.

El 10 de agosto, Yvonne partirá rumbo a Río 2016 y tratará de hacer más grande su historia el 16 y 17 del mismo mes en la justa veraniega.

 ¿Cuáles son tus expectativas para estos juegos?

“Yo no me pongo límites, voy a dar lo mejor de mí, si dar lo mejor me lleva a una medalla voy a estar satisfecha. No tengo un límite, una marca o un lugar, voy a darlo todo. Porque siento que si llegó con un límite me estoy bloqueando. Yo misma me estaría diciendo: Solo voy a quedar en los primeros 15 lugares, primeros 6, vas a llegar ahí y automáticamente no eres competitiva porque que lo que tú te pusiste en la cabeza”.

A los 27 años de edad, Yvonne quien empezó su sueño a los ocho dice que este es solo el comienzo: “Esto es solo el principio de mi carrera deportiva profesional, primero Río, pero veo en mi otro ciclo olímpico, pasar por Centroamericanos, Panamericanos, Mundiales para poder llegar con mucha más experiencia a otros Juegos olímpicos”.

De salto en salto, Yvonne alcanza su sueño. La historia vuelve a comenzar.