Por: José Manuel Mota Fernández/

Croacia se convirtió en el segundo finalista de la Copa del Mundo, luego de derrotar a Inglaterra en los tiempos extra con marcador de 2-1, gracias a las anotaciones de Perisic y Mario Mandzukic.

Con la esperanza de todo un país, con una de las selecciones más prometedoras en mucho tiempo y con un alto nivel de aceptación, llegó Inglaterra a las semifinales de la Copa del Mundo para superar a Croacia, equipo revelación del torneo que no llegaba a semifinales desde hace 20 años.

Apenas habían pasado cinco minutos cuando los ingleses, ya habían levantado la mano en el partido. La llave para abrir el marcador fue un tiro libre desde los linderos del área que Trippier colgó en el ángulo superior izquierdo de la meta rival para elevar aún más las expectativas de su país.

Luego de esto, a sabiendas de la complicación del partido y con el desgaste que te dan dos partidos de 120 minutos, los croatas comenzaron a tomar el balón, tejer sus jugadas y así, llegar al área enemiga para incomodar a sus enemigos por el resto de la primera mitad.

Los huecos que dejó la constante ofensiva croata, así como el poderío de los ingleses, puso a Kane en un mano a mano en contra de Subasic, siendo el portero rival el máximo ganador para que después, la suerte acompañara a los del uniforme de la suerte para que el esférico se escapara por la línea final.

El complemento, reflejó las necesidades de ambos equipos. Croacia, con la incesable búsqueda del empate, intentó una y otra y otra vez sin encontrar resultados, mientras que Inglaterra, encerrada en su mitad del terreno de juego, buscó el latigazo que los regresara a una final de la Copa del Mundo.

Como dice el conocido refrán mexicano: “El que persevera, alcanza” y al 69′, Croacia ya había empatado el duelo. Vrsaljko mandó un centro a segundo palo que Kyle Walker intentó cortar y que Perisic, viniendo de atrás y con una patada por encima del cuerpo de su rival, mandó al fondo de la meta inglesa.

Con la inercia de la situación y una leve parsimonia por parte de la defensiva del conjunto de los ‘Tres leones’, Perisic se quedó a centímetros de conseguir el segundo para su equipo, luego de un robo en los linderos del área enemiga que terminó con un zapatazo que hizo vibrar el poste izquierdo.

El nerviosismo en la última línea de los ingleses ocasionó una ola de ofensivas del equipo rival, principalmente originadas por la presión de los delanteros del equipo rival, que obligaron a sus adversarios a reventar la bola cuando ya se sentían asfixiados.

Ya en el tiempo extra, en la primera mitad, dos cabezazos, uno por bando, estuvieron cerca de romper el empate y, en el segundo, Mandzukic se quitó la marca inglesa y mandó la bola al fondo de las redes.