Por: Redacción/

La hipertensión arterial o presión alta, considerada una enfermedad silenciosa por la ausencia de síntomas, no está reñida  con la activación física, por el contrario, los especialistas recomiendan a la población ejercitarse de manera regular, en caso de presentar la enfermedad, realizarla con supervisión médica.

El doctor Héctor Martínez Meléndez, director de Medicina y Ciencias Aplicadas de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), definió la hipertensión como un estado no común o fuera de lo normal, del grado de tensión de la sangre contra las paredes vasculares.

Explicó que habitualmente en el caso de las mujeres es de 60 o 70 milímetros de mercurio de la fase diastólica  y de 110 en la fase  sistólica. En el adulto hombre de 70 a 80 milímetros de mercurio en la fase diastólica y de 120 en la sistólica.

Añadió que son rangos de normalidad y una vez que se superan se considera un estado de hipertensión, siempre y cuando se mantenga una tensión o presión  elevada.

Advirtió que el estado de hipertensión puede generar muchos cambios alrededor de los vasos, venas o arterias más pequeñitas, ocasionando daños al órgano al que va a llegar la sangre, al que irriga, dando lugar a su disfunción.

“Podemos encontrar complicaciones de esa misma enfermedad tales como la insuficiencia renal, infartos agudos al miocardio, las enfermedades cardiovasculares asociadas a la hipertensión y una de las más importantes además del infarto del miocardio es aquella enfermedad vascular cerebral, llámese derrame cerebral o hemorragia cerebral”, expuso.

Sin embargo, el doctor Martínez Meléndez consideró que la hipertensión o tensión arterial, se ve beneficiada de la actividad física y deportiva, siempre y cuando sea de un tipo específico como: la aeróbica, correr, trotar, caminar, nadar largas distancias a intensidades de leves a moderadas.

“Eso hace que una parte del sistema cardiovascular, llamado autonómico, parasimpático, es un tipo finalmente de actividad neurológica y vascular, hace que se dilaten los vasos sanguíneos, las arterias y las venas y en ese momento reduce la presión arterial por sí misma”.

Esta recomendación es avalada, dijo, por instituciones a lo largo del mundo y muchas investigaciones de largo plazo

“El tipo de actividad aeróbica beneficia considerablemente a la persona que la práctica y estabiliza sus niveles de presión o de tensión arterial y también mejora la eficacia de su corazón, con menos latidos satisface mejor  las necesidades del resto del cuerpo y por lo tanto se considera una de las actividades más saludables a nivel del mundo de población en general y contrarresta parte de los efectos nocivos de la hipertensión como tal”, indicó

Dijo que los deportistas, incluso, pueden tener estados de hipertensión en los cuáles la presión se eleva, pero habitualmente se asocian a la práctica de deportes  completamente anaeróbicos, de alta intensidad y alta duración, a los que se les da seguimiento.

“Ese tipo de deportistas nosotros consideramos un seguimiento importante y asistencial muy minucioso y riguroso para ver que esto realmente no caiga en un estado patológico, en este caso que sea un padecimiento como tal”, aseguró el especialista de la CONADE.

Recomendó a todas aquellas personas que acostumbran hacer actividad física y deportiva, deben tener una base aeróbica, ya que está demostrado que es bueno para la salud y que es un factor de disminución de riesgo cardiovascular.

“Las personas en general deben hacer actividad física sean hipertensas o diabéticas, ya que es un benefactor importante en su metabolismo”.

La Organización Mundial de la Salud, advierte que realizar actividad física durante al menos 30 minutos todos los días de la semana ayuda a prevenir infartos de miocardio y accidentes cardiovasculares.

Asimismo, recomienda comer al menos cinco raciones de frutas y hortalizas al día y limitar el consumo de sal a menos de una cucharadita al día, también contribuyen de manera importante a prevenir infartos al miocardio y accidentes cerebrovasculares.

Por el contrario, el consumo de tabaco, una dieta malsana y la inactividad física incrementan ambos riesgos.

El organismo mantiene vigente el llamado a la población mundial de revisar periódicamente su presión arterial para prevenir infartos y accidentes cardiovasculares.