Por: Redacción/

Feliz por su actuación en el Torneo Clasificatorio de Judo Barranquilla 2018, celebrado en República Dominicana, que le valió la medalla de oro en categoría 73 kilogramos, el judoka Eduardo Araujo Castillo, aseguró que México tiene equipo para enfrentarse a Cuba, su rival más grande.

Entrevistado en medio de su descanso, en Villas Tlalpan, el joven de 21 años de edad detalló que la participación del seleccionado varonil de judo en el torneo fue muy provechosa, ya que los atletas mexicanos regresaron con dos medallas de oro, dos de plata y cuatro de bronce.

“Esto es muy provechoso porqué vemos en el entrenamiento que hemos tenido todo el año ha servido, podría decirse que el primer día nos fue mejor que Cuba, que es el rival más fuerte para nosotros en los Centroamericanos y el segundo día pues ya nos alcanzaron, no están muy lejos de nosotros, estamos a la par de ellos y creo que sí podemos ganarles, hay que ir con esa mentalidad de ganarles en los Juegos Centroamericanos”, dijo.

Expresó que de manera personal su participación en los juegos de Dominicana fueron muy significativos, porque le dieron su primera medalla de oro en un evento internacional en adultos, que ahora corona sus logros recientes, en 2016 en el Campeonato Panamericano de La Habana, en donde obtuvo medalla de plata en -66 kilogramos y el Campeonato Panamericano de Panamá 2017, en donde conquistó medalla de plata en categoría -73 kilogramos.

“La verdad, significó mucho puesto que nunca había sacado un oro en un evento internacional en adultos, es mi primer oro, he sacado plata en el Panamericano y quinto en el Grand Prix, pero tenía que dar un salto más y fue, me tocó la final con Cuba, que es el campeón de los Juegos Centroamericanos y los Juegos Panamericanos pasados y creo que este salto se dio”, expresó.

El atleta informó que su triunfo en el torneo clasificatorio de República Dominicana tiene sabor a felicidad, y el orgullo de escuchar el Himno Nacional Mexicano desde el podium en el momento de la premiación.

Agradeció a su familia, a sus entrenadores y a su novia, también una gran judoka, el apoyo que le brindan en los momentos más intensos de su carrera deportiva, que inició –recuerda- a la edad de dos años de la mano de su padre Eduardo Araujo Martínez.