Por: Redacción/

Luego de haber iniciado su ciclo olímpico en los Centroamericanos de Barranquilla 2018 y continuarlo en sus primeros Juegos Panamericanos, en Lima 2019, el badmintonista Luis Montoya confía que tras la pausa de actividades que generó la pandemia por COVID-19, regrese a las canchas más fortalecido y pueda luchar por un boleto a Tokio 2020.

“Antes de la pandemia ya estaba dado el lugar, porque sólo tenemos una plaza para México en Juegos Olímpicos y el jugador de la CDMX ya tenía todos los torneos y los puntos, pero creo que después de esto va a cambiar un poco el plan de la Federación Mundial; todavía no sacan los nuevos lineamientos para las clasificaciones, estamos esperando a ver qué dicen, ver el apoyo y pudiera aún existir la posibilidad de clasificación, porque con esto se interrumpió todo un proceso.

“Al principio pensé que sería corto el tiempo de confinamiento, pero con el paso de los días nos dimos cuenta que iba para largo. Me sentí tranquilo porque pensé que esto también me puede ayudar un poco para alejarme de las canchas y regresando puedo dar más con este descanso y al final de cuentas siento que esta pausa puede ser para bien”, explicó.

Asimismo, el joven de 19 años y originario de Guadalajara, Jalisco, detalló que, como todo deportista, busca sacarle provecho al tiempo que ha permanecido en casa para no perder ritmo, pues explicó que desde el principio se ha ejercitado y realizado rutinas tanto de fuerza como de técnica.

Además, externó su deseo de pronto volver a las canchas y retomar su deporte, en busca de seguir representando de la mejor manera a México.

“Desde el principio estuve encerrado en casa, ya van más de dos meses, pero no hemos dejado de entrenar desde el primer día, descansando miércoles o domingo, pero entrenando en casa y tratando de salir lo menos posible.

“El primer mes entrené una sesión por día, que era de aproximadamente tres horas y, en el segundo mes, con la esperanza de que fuera más pronto el regreso a entrenar, empecé con doble sesión. En la mañana una hora y media o dos, igual en la tarde, completando las tres o cuatro horas al día, con los mismos descansos.

“Al principio vi todo por mi cuenta, pero pasando los días hablé con mi entrenador y él es el que me cambia las rutinas, pero la mayoría yo las implementé con lo que tenía, de fuerza y técnica, pero sin tanta complicación porque no tengo todas las herramientas para tanto entrenamiento sino sólo para no perder el ritmo”, aseguró.