Por: José Manuel Mota Fernández

El presente torneo ha sido uno de los más violentos en la historia del futbol mexicano. Agresiones a árbitros con suspensiones de un año para los responsables, escupitajos entre jugadores, peleas dentro y fuera de los estadios por parte de los aficionados, todo ello debido a la falta de regulaciones.

Decio de María, presidente de la FMF lo dijo cuando suspendieron por primera vez a Aguilar y Tirverio: “Tenemos que revisar los reglamentos para hacerlos más consistentes”. Punto a favor para el dirigente, ya que los que rigen actualmente al futbol mexicano, cuentan con muchos puntos que no se cumplen y no se sancionan, por ejemplo:

1.- Nula sanción en el ingreso de personas con drogas.

Sorpresa no es estar sentado en el Estadio Olímpico Universitario y que súbitamente llegue el olor de la marihuana hasta su persona. Lo mismo pasa en el Estadio Azteca, en ocasiones en el Estadio Azul y también en el Cuauhtémoc, lo he vivido.

Otro punto preocupante es el video difundido por redes sociales, el cual muestra a un aficionado inhalando cocaína en las gradas del Luis ‘Pirata’ Fuente, el mismo día que aficionados jarochos y felinos protagonizaron una pelea campal en las gradas del estadio veracruzano.

Si bien la portación, distribución y consumo de drogas, es un tema sumamente prohibido en México, no es cosa nueva que las personas tengan en su poder este tipo de estupefacientes, las cuales las llevan a hacer cosas inimaginables, siendo la violencia uno de sus actos preferidos.

Para empezar, ningún reglamento, de los 16 que se tienen en la Federación Mexicana de Futbol, incluye la palabra “Droga” como tal y, en ninguno de estos, tienen estipulada una sanción para las personas que lleguen a meter y vender cualquier tipo de estupefacientes en un estadio de futbol.

El único que toca este tema es el de seguridad para partidos oficiales, que en su capítulo V, inciso 13, a la letra dice:

“Los organizadores se reservan el derecho de admisión a, personas que debido a su comportamiento obstaculicen o pongan en peligro la seguridad y el orden de un partido, por encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes o sustancias análogas”.

De ahí en fuera, el Reglamento General de Competencia (Art. 80), Seguridad para Partidos Oficiales (Cap. V, Inciso 13) y el Reglamento de Sanciones (Cap. V, Inciso A, Art. 50), enumeran todo lo que está prohibido meter al estadio, y todos concuerdan en lo siguiente: Nada de armas, bebidas alcohólicas, astas de bandera que no sean de PVC, alimentos, encendedores, paraguas, cinturones, entre otras cosas que ponen en riesgo la integridad de los asistentes, exceptuando, claro, todo tipo de sustancias nocivas para la salud.

El Reglamento de Protección Civil, que es el que más relacionado debe estar con el tema de las drogas, solamente estipula que los elementos dispuestos para vigilar el evento, podrán revisar únicamente los lugares de venta de alimentos y cerveza, así como el acceso de los aficionados al inmueble.

La venta de bebidas alcohólicas es otro punto que no se regula y que genera muchos conflictos en el futbol mexicano, porque los asistentes toman valor con esta bebida.

2.- Falta de regulación en las bebidas alcohólicas

La cerveza, en la cultura mexicana, se ha arraigado notoriamente y combinada con un partido de futbol es mucho mejor. El olor a cebada inunda todas y cada una de las plazas del futbol mexicano, se ve a las personas con sus latas y vasos rojos en los estacionamientos porque pasar con ellos al estadio es imposible.

Una vez adentro la fiesta continúa, hay más vendedores de cerveza que de tortas, papas y básicamente cualquier otro tipo de alimento que se venda dentro de un estadio. Los ‘coroneros’, como los conocen en Ciudad Universitaria, salen y se quitan a la hora establecida por el reglamento y hasta ese momento todo va bien.

El Manual de Estadio Seguro, dice que queda prohibido la venta de cerveza a menores de edad y aquellos asistentes que se encuentren en un alto estado de ebriedad. En mi experiencia como asistente, nunca me ha sido solicitada una identificación oficial y he visto a personas que consumen entre siete y ocho vasos, que los apilan como si de un trofeo se tratara.

Otro factor, es la nula aparición de alcoholímetros en los accesos de los estadios, como lo estipula el Manual de Seguridad para Partidos Oficiales, en su Capítulo V, inciso 13:

“Los organizadores podrán auxiliarse, en su caso, de medios y elementos de comprobación de ingesta de bebidas alcohólicas, que se localizarán en el lugar que al efecto determine cada Club”.

A esto se le suma la prohibición de bebidas de este tipo, fuera y a los alrededores del estadio donde se jugará el partido. Todo esto, estipulado en el inciso ocho del capítulo cinco del Manual Estadio Seguro. Tampoco se cumple, en los estacionamientos del Olímpico Universitario y el Estadio Azteca, se pasean personas con maletas que venden latas Tecate o Corona, cada una en 60 pesos.

Estos vendedores se llegan a hacer los mejores amigos de los Grupos de Animación, barras o porras, ya que son ellos los que les proporcionan el alcohol a tempranas horas de día.

Por último, aparecen en escena los Grupos de Animación, quienes son los principales infractores, mismos que rompen torneo tras torneo las reglas establecidas por la Federación Mexicana de Futbol y no son sancionanados debidamente.

3.- Falta de control en los grupos de animación.

En palabras de Gustavo Castillo García, periodista de seguridad y política en La Jornada: “Un tema en el ámbito deportivo es analizar la violencia que está ocurriendo en los estadios, que está ocurriendo en las tribunas y que ha bajado de las tribunas a la cancha o que ha pasado de la cancha a las tribunas”.

Por su parte, la Federación Mexicana de Futbol ha intentado controlar a los Grupos de Animación que asisten a los estadios y, por petición de la FIFA, están obligados a credencializar a todas las porras que asisten a un partido y que no pueden rebasar los 300 integrantes, obligación que tampoco se cumple.

Desde el 2012 la porra Libres y Lokos de los Tigres, protagonista en la pelea de las tribunas del ‘Pirata’ Fuente de la jornada siete de este torneo, no ha cumplido con el proceso de credencialización, ya que ellos aseguran que eso no es necesario y que si la FMF no les da nada, no tienen que corresponderles.

Casos opuestos son La Rebel, que está registrada ante la Femexfut y que debido a lo agresivos que solían ser, se han asociado con el Gobierno de la Ciudad de México para no tener altercados ni con policías, ni porras visitantes, ni entre ellos mismos como acostumbraban hacerlo. También, la Insurgencia, porra de Chivas, cumple al pie de la letra los lineamientos de la Federación, que se tocarán más adelante.

El proceso de credencialización es muy sencillo, según el Inciso A, punto 2 del Manual de Estadio Seguro, se debe cumplir con lo siguiente:

“Los clubes tienen la obligación de entregar a la Liga MX y/o Ascenso MX, al inicio de la Temporada, el padrón de credencialización registrado, de los miembros de sus Grupos de Animación. Dicho padrón deberá contener por lo menos fotografía, huella digital, Clave Única de Registro de Población (CURP) y dirección del integrante”.

Los últimos registros de la credencialización de los Tigres, data del 2011, cuando se instalaron carpas a las afueras del Volcán, con el fin de que esta barra y las demás que alientan al equipo regio, se dieran de alta ante la Federación Mexicana de Futbol.

Y cuando esto no se cumple, los equipos pierden grandes beneficios, por ejemplo, no se les entregan los 300 boletos gratis por parte del equipo, no pueden ingresar al estadio con tambores, ni banderas y no tienen el derecho de proximidad que se ganan las barras con el equipo, además de una sanción de tres mil UMAs para el club y, en caso de pelea, el veto definitivo de los protagonistas.

El reglamento también prohíbe que los equipos le proporcionen beneficios a las barras, llámese a esto más boletos, medios de transporte, relación directa con el club u otras cosas que los distingan por encima del resto de los aficionados. Un ejemplo de esto es Tigres que en ocasiones vuela a los Libres a sus partidos de visita, tal y como pasó en contra de Veracruz.

Se podrá intentar erradicar la violencia con campañas, con sanciones a los equipos o jugadores y también con el mensaje por parte de los futbolistas hacia los aficionados antes de empezar un juego. Los cierto es que si no se revisan a fondo los reglamentos y se toman medidas preventivas serias, el futbol y la violencia, nunca se separarán.