Por: Iudex/

Esta semana se presentó una jugada que da continuidad a una añeja y ridícula tradición combinada con miedo que ataca a los árbitros de la primera división del futbol mexicano, quienes no se atreven a señalar las infracciones como se deben en los primeros minutos del partido, por temor a equivocarse.

Oscar Mejía es el ejemplo perfecto de esto y más por la participación que tuvo en el duelo entre Cruz Azul y Santos Laguna este domingo por la tarde. Iban apenas 10 segundos en el partido cuando Carlos Izquierdoz obstaculizó la carrera de Martín Cauteruccio en una acción que no se podía interpretar de otra forma que no fuera penal.

Sin embargo, el poco tiempo en el duelo, sumado a la falta de experiencia en la primera división de Mejía lo orillaron a dejar correr la jugada y hacer caso omiso a la clara falta que sufrió el delantero cementero. Pero no se equivoquen, este tipo de errores no tienen mucho que ver con el mal paso de Cruz Azul.

Pero, como se dijo anteriormente, esto es un mal que ataca a todos los árbitros de la primera división y no discrimina entre edad, experiencia o jerarquía en el arbitraje mexicano, ya que ninguno de ellos se toma la molestia de empezar a aplicar el reglamento como se debe desde el primer segundo de juego.

La única manera en la que los colegiados van a atreverse a marcar de manera correcta una acción fuerte en los primeros segundos o minutos del encuentro es que la jugada sea muy clara o bien, que un jugador pierda la cabeza y agreda a otro como pasó en la cuarta división del futbol italiano.

Y es que esta no es la primera vez que sucede algo así en el futbol mexicano, de hecho, es muy común que pase en nuestra liga. Evidentemente, esta situación afecta por el resto del partido, ¿por qué?, porque se cambia la percepción de los futbolistas acerca del colegiado.

Debido a que se rehusan a marcar esas faltas que, según ellos no tienen mayor relevancia, se puede llegar a perder el control de un partido completo y en el peor de los escenarios, que desafortunadamente no es ajeno al balompié ‘Azteca’, lo que parecía un espectáculo deportivo termina con una pelea entre jugadores.

Con esto nos damos cuenta que aplicar bien el reglamento, que no es nada difícil, tiene una repercusión mucho mayor, la cual se va a dar en el transcurso de los 90 minutos, entonces, árbitros profesionales, apliquen las reglas como se deben y dejen a un lado el miedo que los invade en el inicio de un encuentro.