Por: José Manuel Mota Fernández/

El 11 de septiembre del 2001, Estados Unidos vivió uno de los atentados más recordados en todo el mundo, con el ataque a las Torres Gemelas, el cual afectó directamente a México, que tuvo que protestar y buscar justicia por la falta de reconocimiento de algunos connacionales que perdieron la vida en el lugar.

Todo comenzó a las ocho de la mañana del 11 de septiembre del 2001 cuando despegó el vuelo 11 de American Airlines con 92 personas a bordo, seguido por el 175 de United Airlines que tenía aproximadamente 65 personas como tripulación, ambos provenientes del Aeropuerto Internacional Logan de Boston, con destino a Los Ángeles.

Posteriormente, a las 08:21 zarpó el tercer avión implicado con 64 pasajeros y número 77 perteneciente a American Airlines de Washington DC a Los Ángeles, además de 20 minutos después, despega el vuelo 93 de United Airlines con dirección a San Francisco, ya con algunas notificaciones de secuestro en los vuelos antes mencionados.

Poco tiempo después, comenzó a escribirse uno de los episodios de terrorismo más recordados en el mundo y, evidentemente, en Estados Unidos. A las 08:46 de la mañana, el vuelo 11 fue el primero en hacer contacto con la Torres Gemelas, seguido del 175 que terminó su vuelo en punto de las nueve de la mañana con dos minutos.

Los dos restantes se estrellaron en el Pentágono y en campo abierto, para terminar así el acto que se asoció directamente con el grupo terrorista Al Qaeda, para entregar un total de tres mil 16 víctimas mortales, así como seis mil lesionados, después de las labores de rescate.

Entre la gran cantidad de pérdidas humanas, destacan 16 personas, mismas que provenían de diferentes partes de los Estados Unidos Mexicanos y que, en algunos casos, su situación migratoria orilló al gobierno estadounidense a no reconocer los cuerpos de algunos de ellos.

Solamente cinco fueron los que se pudieron identificar y cuyos nombre ahora forman parte del Memorial del 11-S en Estados Unidos, como lo son: Antonio Meléndez, Antonio Javier Álvarez, Leobardo López Pascual, Juan Ortega Campos y Martín Morales Zempoaltécatl.

Los otras 11 víctimas de origen mexicano, no pudieron ser reconocidas por las autoridades del país vecino, ya que no se encontraba con los datos del ADN, pues supuestamente estaban del otro lado de la frontera por la vía ilegal y eso dificultó que se supiera a ciencia cierta sus nombres, mismos que fueron reconocidos de manera oficial por el Consulado de México en Nueva York.

Pero no todo terminó ahí, pues la Asociación Tepeyac, que era la principal organización defensora de los inmigrantes mexicanos en Nueva York, calculó que fueron 500 connacionales los que perdieron la vida en el atentado, pues trabajaban en diferentes establecimientos de este recinto, pero su lucha por la justicia terminó por la falta de fondos.

Ahora, con problemas migratorios tal y como los había en el 2001, con Donald Trump al frente de Estados Unidos y una fuerte reforma a la política migratoria más cerca que nunca, México se medirá a Estados Unidos desde el Nissan Stadium ubicado en Nasville, Tennessee.

La estadística dice que, de los 69 enfrentamientos que han sostenido hasta este momento, 35 se han resuelto a favor de los mexicanos, 18 a favor de Estados Unidos y los 15 restantes fueron empates en diferentes circunstancias, pues cuenta partidos amistosos y oficiales.

Este será el primer duelo entre estas selecciones que se celebre en este estadio.