Por: Oswaldo Rojas

La escritora Yunuen Díaz consideró la teoría de mediados del siglo XX del primatólogo Eduard Tratz sobre los comportamientos sociales de los chimpancés bonobos como una metáfora de lo que sucede en la sociedad contemporánea respecto al concepto de pornografía que pareciera una actividad ampliamente extendida.

“Da la sensación de que nosotros somos cada vez más abiertos en nuestra sexualidad. Aunque no se que tanto es cierto porque a veces pareciera un imaginario que solo sucede en redes sociales, aunque la tendencia es que la gente va aceptando la apertura y, por ejemplo, las selfies son cada vez más reveladoras”, dijo Yunuen Díaz en entrevista.

Todo retrato es pornográfico fue el libro ganador del Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2015, en él Yunuen revisa la forma en que la intimidad se ha popularizado desde la aparición de la cámara fotográfica y de video, y como el acto de observar se ha erotizado en vertientes únicas.

Comentó que la teoría de Tratz explica como en las comunidades de bonobos la sexualidad se da de forma similar a la de los humanos -aunque liderada por las hembras- llegando incluso al coito cara a cara hasta ahora reservado a nuestra especie. Una característica que resalta la autora es que estos animales evitan cualquier conflicto violento relacionado con el sexo. Yunuen Díaz ve en esa sociedad de chimpancés comportamientos actuales y similares a los de los humanos.

Para ejemplificar la apertura sexual del siglo XXI la escritora seleccionó el trabajo de seis fotógrafos dedicados al retrato erótico: Larry Clark, Catherine Opie, el mexicano Omar Gámez, Leigh Ledare, Evan Baden y Joan Fotcuberta.

“Trate de elegir a los quizá más difíciles de comprender, los que pudieran incomodar más según los valores de nuestra cultura, jugando un poco con la idea del morbo. Yo no veo al morbo como algo malo, cuando lo experimentamos es porque en nuestra sociedad algo está prohibido y negado. En libro intenté pensarlo en la forma de reglas y modelos que no nos dejan verlo de una manera natural”.

Su ensayo, dice, juega con el concepto de pornografía al mismo tiempo que analiza la fotografía análoga y digital en un momento histórico en el cual la imagen se ha banalizado y donde todos producen y comparten imágenes. “Tenemos que recordar que en los sesentas fue cuando se vino el movimiento de la liberación sexual y que ahora ya estamos gozando de los resultados. Hago una reflexión sobre que tanto gozamos en libertad y que tanto el placer se ha vuelto la norma”.

“Creo que la visión que tenemos de la pornografía es hipócrita. Cuando revisamos las estadísticas de consumo resulta que la mayoría de las personas encajan en una de las muchas formas de consumo, incluso produciéndola. Uno de los fenómenos contemporáneos es el sexting, el intercambio de imágenes de desnudos. Aunque moralmente se censura en la practica cotidiana sucede lo contrario”, comenta respecto a las valoraciones que la sociedad mexicana hace del concepto.

Retomando el trabajo de Joan Fontcuberta dice que el ser humano actual es en realidad un homo fotograficus, uno que ya no puede entender su vida, su sociedad y día a día sin imágenes. “Hay que pensar que es lo que nos dice la fotografía de nosotros y no solo si se ha vulgarizado o no”.