Por: Redacción/

Envuelto bajo las tensiones de la guerra de Vietnam, el presidente Lyndon B. Johnson asumió la “teoría del dominio” para así lograr aniquilar cualquier rastro de ideología comunista en Vietnam del Sur, esto, apoyado por el reclutamiento de más medio millón de hombres que defenderían los intereses del gobierno norteamericanos a costa de nada.

En contra a este reclutamiento y a la manera tan violenta en la que el ejército estadounidense atacaba a la población vietnamita del sur-o “amarillos” como solían llamarlos los soldados- el movimiento hippie, aliado a otros movimientos sociales de oposición como Las Panteras Negras, comenzaron a crear protestas para exigir al gobierno la retirada de sus tropas de territorio vietnamita, todo a través de una lucha pacífica bajo el lema “Amor y Paz”.

El movimiento hippie comenzaría a tomar impulso con aquella consigna pacífica a través del arte, las drogas psicodélicas y el apoyo de los artistas que comenzaban a experimentar con el rock, el blues y los ritmos latinos. Utilizando su talento para hacer de la música un canto de protesta armonizado y esculpido por guitarras de solos interminables y letras con la que se describía una época de caos y revolución, los músicos se reunieron para crear el festival más importante de la historia del rock y que daría esperanzas a las generaciones hastiadas de la guerra, Woodstoock.

Aunque estaba programado para realizarse en el pueblo de Woodstoock, en el condado de Ulster (Nueva York), la gente de los alrededores se opuso y se tuvo que realizar a 64 kilòmetros al suroeste de Woodstoock, en el condado de Sullivan. Con un costo de 18 dólares para tres días de música psicodélica-del 16 al 18 de agosto-, el festival terminó por ser gratuito debido a la poca organización y la alta demanda de hippies que llegaban al lugar en caravanas llenas de amuletos y colores psicodélicos.

Con 32 actos musicales con una calidad acústica impresionante, destacaron las presentaciones de Jimi Hendrix –quien en manera de protesta interpretaría el himno de los Estados Unidos en un magistral solo de guitarra-, Janis Joplin, Creedence, Jefferson Airplane, Joe Cocker, John Sebastian y el debut del guitarrista mexicano Carlos Santana con sólo 18 años de edad y quien pondría a bailar a muchos con un ritmo latino en “Soul Sacrifice”.

También se esperaba la participación de Bob Dylan, pero éste afirmó que nunca se llevó a una negociación seria con el festival. Sin importar esto y los contratiempos con el clima, la gente se unió para bailar, cantar y vivir intensas horas de “reuniones de amor” bajo los efectos de la heroína y el LSD.

Este 2019 Woodstoock cumplirá 50 años de representar un símbolo de liberación ideológica y de acuerdo con declaraciones del promotor musical Michael Lang para New York Times y Rolling Stones se planea un nuevo festival que se llevarà a cabo en la localidad de Watkins Glen y que espera albergar a más de 60 artistas en diferentes escenarios.

Se espera que para febrero se anuncien los primeros artistas confirmados y sólo habrá que ver si estos cincuenta años representan una lucha ideológica de liberación y creación o solamente es un medio de entretenimiento más.