Por. Risso Alberto

Sin dejar de lado sus raíces independientes, Arcade Fire poco a poco comenzó a hilar las piezas que conformarían el álbum doble Reflektor. Influenciado principalmente por la música haitiana y el manifiesto The Present Age de Søren Kierkegaard, Reflektor gira en torno a dos conceptos: La vida y la muerte. La vida representada en la primera parte por canciones como Here Comes The Night Time, We Exist y Joan Of Arc, mientras que en la segunda mitad la muerte es la que domina la temática de casi todos los cortes. It`s Never Over (Oh Orpheus), Supersymmetry, pero sobre todo Afterlife, terminan por redondear el eje rector del documento sónico.

The Reflektor Tour abarcó casi todo un año, un año donde fueron capturados por el director Kahlil Joseph en la intimidad de sus camerinos, en la intimidad de su estudio de grabación, en la intimidad de sus viajes, en pocas palabras una inmersión total.

El resultado de todos esos momentos, vivencias y recuerdos están plasmados en The Reflektor Tapes.

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El filme abre con la frase ‘eso es la música, es como ser guiado por un espíritu’ de la boca de Win Butler, quien habla sobre la importancia que tiene la música en su vida. Entre imágenes capturadas en plena gira o en estudio, el hilo conductor de la historia de se va desenvolviendo de manera progresiva, mostrando a través de tomas superpuestas e imágenes sobreexpuestas el desarrollo del proceso creativo de cada uno de los cortes que integran Reflektor.

Uno de los tantos escenarios que utilizan en el desarrollo de la historia es Jacmel en Haiti, lugar significativo para los canadienses, en especial para Régine Chassagne, quien explica la influencia que han tenido sus raíces haitianas, no solo en su desarrollo musical sino también en su vida personal y sentimental.

Las secuencias, a ratos inconexas, muestran a la banda como una entidad que en todo momento está haciendo música, una entidad que pone atención al más mínimo detalle sónico que produjeron mientras se encontraban en el Caribe.

Es aquí cuando se entiende el sonido del disco como tal, un disco que esta permeado totalmente por los frenéticos ritmos propios de la música haitiana. La estética visual  carnavalesca que creo la banda a su alrededor, vino directamente del colorido carnaval de Jacmel, Haití. Atuendos estrafalarios, bailes vertiginosos, figuras que representan a diferentes animales, fueron los elementos que se amalgamaron a la propuesta en directo de Arcade Fire, que conjuga la apabullante entrega en el escenario con los conceptos e ideas extraídas de la experimentación musical.

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Londres, Nueva York y Montreal representan para Arcade Fire en la cinta, el punto más álgido en la gira. Es como una especie de comunión entre el público y nosotros. Es una sensación de pertenencia que solo se puede dar cuando entregas todo a la gente, señala Chassagne mientras interpreta Normal Person en el camerino junto a Richard Reed Parry.

Luego de una explosión visual y sónica musicalizada por Here Comes The Night Time llega el final del filme, luego de los créditos pertinentes y a manera de colofón hay una pequeña entrevista, donde la banda hace especial hincapié en lo que significó para ellos Reflektor. Sin duda alguna es lo más cerca que hemos estado de materializar lo que teníamos en nuestra cabeza, es como otro mundo que puedes ver a lo lejos, pero lo curioso es que puedes acceder al el cada vez que quieras.

The Reflektor Tapes no solo muestra el mero proceso creativo de Arcade Fire, también nos muestra a los seres humanos detrás de toda una experiencia llamada Reflektor. Una invitación a conocerlos tal cual son. Ni más ni menos.

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