Por: Redacción/

“Hacer talacha”, “cuando el tecolote canta, el indio muere”, “tener tanates”, “ponerse piocha”, “mejores pulgas han brincado en mi petate” o “cuates los aguacates, y no se hablan”, son frases incluidas en el Diccionario del Náhuatl en el Español de México, edición conmemorativa del 70 aniversario del natalicio de Carlos Montemayor.

La obra, editada por la UNAM, está compuesta por varias secciones, la principal, de nahuatlismos, en donde se encuentran palabras que nos son muy familiares, como chocolate, mezcal o tlapalería; unas, que no hubiéramos creído que son del náhuatl, como nana, putazo o apachurrar, y otras tantas, más conocidas en distintas regiones del país.

También contiene una sección de herbolaria, que requirió visitas a mercados y médicos tradicionales para conocer si las plantas siguen en uso; otra de toponimias, y una más de apéndices.

De igual manera, tiene un capítulo dedicado al análisis de nahuatlismos polémicos, en donde se revisan palabras a las que muchas veces se les atribuye un origen no náhuatl, como papa, cochino o chingar, y sus derivados.

En la presentación del Diccionario, Ignacio de la Garza, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló que el náhuatl es una lengua viva, hablada por una cultura igualmente vigente y en transformación, que ha impactado no sólo en el español que hablamos los mexicanos, sino en nuestra propia cultura.

Recordó que Montemayor dedicó gran parte de su vida a los grupos indígenas del país, ya fuera como activista o estudioso, luchando por mantener la dignidad y vitalidad de cada grupo cultural. “Nada concilia mejor ese esfuerzo que este diccionario”, que vio la luz por primera vez hace 10 años, y cuya nueva edición está corregida y aumentada.

De la Garza resaltó que en la historia del país se ha negado un lugar a los indígenas como creadores de arte, filosofía y literatura, pero ellos nunca han dejado de hacer literatura, ya sea oral o escrita. “En tiempos recientes, sus obras han ganado reconocimiento y visibilidad, lo cual ha sido su mérito, pero fuertemente apoyado e impulsado por personajes como Carlos Montemayor”.

El Diccionario, informó De la Garza, es un trabajo colectivo, que va más allá de los autores que aparecen en portada: Enrique García Escamilla, Enrique Rivas Paniagua y Librado Silva Galeana, coordinados por el mencionado escritor, traductor y activista fallecido en 2010. “Gente a lo largo y ancho del país participó en su elaboración”.

Surgió como un intento de actualizar el acervo de nahuatlismos en el México de principios del siglo XXI, tomando como base el Diccionario de Aztequismos de Cecilio Robelo (1904) y los trabajos de Francisco J. Santamaría.

“La nueva edición nos hace ver cuán viva están las culturas indígenas en la propia cultura nacional mexicana, no como algo folclórico o anecdótico, sino en transformación, en movimiento, resistencia y evolución”, resaltó.

En la presentación de la obra, en el marco de la 39 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Juan Mario Pérez, secretario técnico del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad, destacó que en esa entidad se plantearon diversas metas previas a la realización del diccionario, una de ellas, impulsar el renacimiento de las lenguas indígenas y la reinserción de la enseñanza del náhuatl en el Valle de México.

Es un recordatorio de la persistencia de una lengua en otra, de un intercambio cultural, de que el náhuatl está presente en el español que hablamos en prácticamente todo el país.

México, resaltó, tiene una diversidad lingüística importante, empero, al menos cinco lenguas van a desparecer en los próximos 10 años. Aunque exista un acervo de narraciones, de audios, ya no serán escuchadas en un uso social.

Juan Mario Pérez indicó que son pocos los recursos que el Estado mexicano dedica al estudio, preservación y fomento de las lenguas; “parecen no identificar que el principal aspecto que se requiere para que se preserven es hablándolas, promoviendo su uso y protegiendo a los hablantes”.

Por último, Iván León Javier, activista lingüístico y subdirector de Investigación Básica del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, recordó que vivimos en una nación multicultural y multilingüe, con 68 lenguas indígenas nacionales. El náhuatl es una de las más habladas con más de un millón 700 mil hablantes.

El diccionario puede servir a todos, a los hablantes y no hablantes de una lengua indígena, porque los mexicanos hablamos un español peculiar que se distingue de los otros 21 países en donde también se comunican en ese idioma, porque hemos incorporado léxico de las lenguas indígenas y su forma de ver el mundo, como el uso de diminutivos, finalizó.