Por: Redacción

El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones llevará a cabo la presentación del libro La República errante, obra colectiva, que será comentada por Itzel Magaña Ocaña, con la participación Norma Zubirán Escoto, Arturo Aguilar Ochoa y Juan Macías Guzmán, el miércoles 26 de julio, a las 18:00 horas en la sede de la institución, calle Francisco I. Madero No. 1, San Ángel.

La República errante es el resultado del curso que con ese nombre organizó el instituto del 21 de julio al 27 de agosto de 2015, con la participación de 12 especialistas que abordaron igual número de aspectos temáticos sobre esa etapa de la historia de México en la que se resolvió la disyuntiva entre República y monarquía, en circunstancias difíciles, con una guerra civil, seguida de una intervención extranjera y el establecimiento simultáneo de dos gobiernos que se arrogaron la titularidad de la soberanía nacional.

Ante la caída de la ciudad de Puebla en manos del ejército de intervención francés, tras un largo sitio, y ante la imposibilidad de obtener los recursos necesarios para la defensa de la capital de la República, el Congreso federal expidió, el 27 de mayo, un decreto otorgando amplias facultades al ejecutivo, y dos días después, el 29 de mayo, emitió otro decreto trasladando la sede de los Supremos Poderes de la Unión a San Luis Potosí.

Al mediodía del 31, el presidente Benito Juárez acudió al recinto legislativo y pronunció un elocuente discurso en el que declaró que “el gobierno sostendrá la voluntad del pueblo mexicano manteniendo a todo trance incólume su autonomía y sus instituciones democráticas”.

A este discurso contestó Sebastián Lerdo de Tejada como presidente en turno del Congreso, manifestando que ese cuerpo colegiado estaba seguro de que el Ejecutivo “nada omitirá de cuanto sea necesario para seguir luchando dignamente hasta hacer triunfar los derechos de la soberanía y la independencia de la República”.

Después de su intervención, las sesiones del Congreso fueron clausuradas y comenzaron los preparativos para abandonar la capital.

Al caer la noche, Benito Juárez partió de la Ciudad de México acompañado de su familia, los miembros de su gabinete, muchos diputados, empleados públicos y las fuerzas armadas acuarteladas en la ciudad.

Este periplo de cuatro años, un mes y 15 días en que el gobierno de la República buscó asiento en diversas ciudades como San Luis Potosí, Saltillo, Monterrey, Chihuahua o Paso del Norte, ha recibido diversos nombres entre ellos “República itinerante”, “nómada” o “errante” y representó la voluntad de una nación de permanecer fiel a su vocación democrática y republicana y defender a toda costa su independencia y soberanía, refrendados con el triunfo definitivo sobre el Imperio de Maximiliano en 1867.