Por: César Hernández/

Tras casi tres meses de suscitarse uno de los atentados más lamentables en la historia del arte y la humanidad, el incendio en la catedral de Notre Dame ha dejado una serie de incógnitas a las que no se les ha dado respuesta. Pero lo que ahora preocupa a las autoridades parisinas es la imprevisible nube de contaminación cancerígena que dejó consigo el siniestro.

En su comienzo, las autoridades sanitarias correspondientes afirmaron que “no había riesgo de partículas” contaminantes, sin embargo, una investigación del portal Mediapart encontró documentos confidenciales en los que varios laboratorios, incluido el de la Prefectura de la Policía de París, registraron niveles de concentración de plomo de 400 a 700 veces el umbral permitido en los suelos en y alrededor de la catedral de Notre-Dame.

Afirmando que ni la agencia regional de salud ni la prefectura de la policía de París comunicaron estos resultados a los habitantes cercanos a la catedral gótica, minimizando los peligros incurridos. El portal, al igual que “Le Point” mencionaron que incluso, alrededor de la catedral, en algunos puentes, plazas y calles se encontraron tasas de concentración de plomo de 2 a 800, superiores a lo permitido.

Mediapart también reportó que el plomo es de clase cancerígena, mutagénica y reprotóxica (que puede afectar a la reproducción, el embarazo y la lactancia) y que es necesario dar un seguimiento médico, incluso para los bomberos que intervinieron porque los efectos sobre la salud pueden retrasarse con el tiempo. Igualmente, el medio señaló que hasta ahora el gobierno de Macron no ha tomado ninguna medida particular contra los riesgos de posible contaminación .