Por: Redacción/

La Orquesta Juvenil de Los Ángeles (YOLA, por sus siglas en inglés), 69 estudiantes del Conservatorio Nacional de Música (CNM) y de la Escuela Superior de Música (ESM) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), así como 21 miembros de la Orquesta Escuela Carlos Chávez y diez infantes de los semilleros creativos pertenecientes al Sistema de Agrupaciones Musicales Comunitarias del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) de la Secretaría de Cultura, ofrecieron un ensayo abierto al público que se convirtió en clase magistral gracias a las aportaciones de Gustavo Dudamel y Arturo Márquez.

El conjunto de niñas, niños y jóvenes interpretó, este miércoles al mediodía en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, la Marcha eslava, de Piotr Ilich Tchaikovsky, bajo la batuta del célebre conductor venezolano, y el Danzón núm. 2, de Márquez, que el mismo compositor dirigió.

Un numeroso público abarrotó la sala y disfrutó, al igual que los instrumentistas, con la presencia de Dudamel y del compositor sonorense, quienes hicieron comentarios a los jóvenes ejecutantes sobre la manera en que debían abordar determinados elementos de ambas obras, en un ejercicio académico realizado en el marco de Encuentros, taller de música y liderazgo que la Fundación Dudamel imparte por segundo año consecutivo en nuestro país.

En el escenario, los músicos vestían de pantalón negro y playera con el logotipo de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil, su acrónimo en inglés) en la espalda y de la YOLA en el frente. Adriana Carrillo, alumna del CNM, dio la bienvenida a las y los miembros de la YOLA, con quienes ensayaron durante dos días: “Esta es una gran oportunidad para demostrar lo que trabajamos, bajo la tutela de grandes maestros que nos ayudaron”.

Pantalón de mezclilla, playera negra, tenis blancos y una chamarra negra con el logotipo de YOLA conformaron el atuendo del maestro Dudamel, quien, sin titubear dirigió la obra de Tchaikovsky sin partitura. Las notas fluían y se percibía la pasión que las chicas y los muchachos imprimían a su ejecución.

Al finalizar, Dudamel se quitó la chamarra y dio indicaciones a cada grupo de instrumentistas. “Necesito personalidad”, “el tiempo necesita tiempo”, “esta es una marcha de grandeza”, fueron algunas de las sugerencias que el director dio a las y los jóvenes, quienes repetían en diversas ocasiones los pasajes de la partitura de acuerdo a las observaciones.

A punto de iniciar la siguiente obra, el Danzón núm. 2, Dudamel invitó al compositor de la pieza, quien se encontraba sentado en la sala, a que pasara al escenario. “Es como si fuéramos a tocar la 5ª Sinfonía de Beethoven y él se parará aquí enfrente”, dijo el director de la LA Phil, y se dispuso a tomar el sitio de uno de los violinistas.

El maestro Márquez tomó la batuta y las conocidas notas del Danzón núm. 2 inundaron la sala. Al finalizar la interpretación, que arrancó el aplauso de los asistentes, entre quienes se encontraban la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; la directora general del INBAL, Lucina Jiménez, y el director del CNM, David Rodríguez de la Peña, Márquez hizo señalamiento a las y los estudiantes sobre el color de las notas y la intensidad de la ejecución, mientras las y los jóvenes aplicaban lo señalado para repetir nuevamente los fragmentos elegidos por el autor.

En entrevista previa, Arturo Márquez comentó que se encontraba muy contento por la iniciativa tanto de la LA Phil, la Secretaría de Cultura y el INBAL. “Hay muchos chicos de la YOLA y jóvenes mexicanos. Es una de las mejores oportunidades y experiencias que podrán tener”, afirmó.

Al concluir el ensayo, agregó: “Estoy orgullosísimo de ellos, de ver el alma con que lo hacen. La música habló por sí sola. Espero que lo hayan disfrutado y que pronto nos reencontremos”.

Por último, Gustavo Dudamel agradeció a Márquez su participación y recordó que en una visita del compositor a Venezuela él tocó el Danzón núm. 2.