Por: Nilda Olvera/

La musa y pintora Nahui Olin, protagonista de docenas de obras de diversos artistas durante el arte mexicano del siglo XX, estuvo rodeada de escándalos y controversias relacionados con su personalidad y apariencia, que ante los ojos de varios críticos fue una mujer adelantada para su época.

Su fisonomía siempre llamó la atención, puesto que contaba con unos rasgos finos, su cabello era castaño con rulos, su cuerpo era simétrico y ello le complementaban una de sus más llamativas características, sus grandes ojos de color verde. Y que sin duda le llevaron a que varias personas plasmaran su belleza en innumerables trabajos.

En los que destacan el mural de “La creación”, de Diego Rivera en donde aparece como Erato, la musa de la poesía erótica. los desnudos que realizó para los fotógrafos Edward Weston y Antonio Garduño, quienes expresaron con sus imágenes su rebeldía y su sensualidad. Cabe señalar que con este último hizo una exposición en la azotea de una casa del Centro Histórico, que a consecuencia de ello atrajo a figuras como Manuel Álvarez Bravo, Roberto Montenegro, Dolores Olmedo, etcétera.

Su nombre verdadero era Carmen Mondragón, nació el 8 de julio de 1893 en Tacubaya, de joven estudió en un internado en la capital francesa, desarrollándose en las disciplinas de pintura, danza, literatura y teatro. Se interesó por el arte y los movimientos sociales después de conocer a Picasso, Braque y Matisse durante su establecimiento en Europa entre 1914 a 1921.

En una etapa de su vida comenzó un romance con Gerardo Murillo, mejor conocido Dr. Atl, el cual le dio el apodo en náhuatl Nahui Olin, que significa “Quinto Sol”. Mondragón era descrita con una gran inteligencia, con comportamientos libertarios de modo que defendía la igualdad de género, la educación para todas las mujeres y el voto femenino, además vivía su sexualidad sin ninguna restricción, un ejemplo de lo mencionado anteriormente son las reuniones a las que asistía al “Círculo de la costura”, espacios que se daban entre personas homosexuales.

Actividades que chocaron con una sociedad que enfatizó la moral y las costumbres serviciales, tiernas, maternales, calladas, compresivas, discretas, abnegadas, bondadosas, pacientes, y obedientes que toda mujer tenía que llevar en un México conservador.

Las creaciones que Nahui hizo no fueron tan reconocidas comparadas con aquellas en las que sólo participó, la mayoría de éstas son pictóricas, en la que profundizó el erotismo y su indagación en conocerse a ella misma, pero en su historial también se encuentra la literatura, que a lo largo de su trayectoria generó poemas y los libros “Óptica cerebral, poemas dinámicos” y “Energía cósmica”.

Sus últimos años sus ingresos los obtuvo en la impartición de la enseñanza en una escuela primaria, a la vez de una beca de Bellas Artes.  Carmen finalmente murió a los 85 años el 23 de enero de 1978 en la Ciudad de México, en medio de una profunda pobreza y descompuesta físicamente.

El mito de Nahui Olin fue inspiración de diversos murales encargados por José Vasconcelos. Su estilo de vida es referente al empoderamiento de la mujer.