Por: Redacción/

El norte de la capital del país se estremeció este domingo con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), que con la batuta de su director artístico y titular Scott Yoo evocó ante más de 10 mil personas reunidas en la Arena Ciudad de México, el espíritu musical del compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827), al interpretar su Novena y última sinfonía y así comenzar la celebración en la urbe del 250 aniversario de su natalicio.

“Beethoven atrae a mucho público y la gente quiso participar en este gran concierto con el que se inician en la ciudad los festejos por su natalicio”, mencionó el secretario de Cultura local, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, momentos antes de la presentación donde lució la potencia vocal de María Katzarava, Carla López-Speziale, Dante Alcalá, Carsten Wittmoser y el Coro Filarmónico Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Público de todas las edades, provenientes de diversas zonas de la urbe, disfrutó de manera gratuita de la Sinfonía No. 9 en re menor, op. 125, Coral, emblemática pieza del genio de Bonn, que marcó un nuevo paradigma musical al integrar un coro por primera vez en la forma sinfónica. En su interpretación con la OFCM, una de las orquestas más importantes de México y América Latina, arrebató el aplauso prolongado de la audiencia que consideró la histórica presentación como un gran inicio del año de Beethoven en la capital.

“Se me hace increíble la genialidad del ser humano. Fue maravilloso escuchar esta pieza. La cultura debe estar al alcance de todas las personas, me fascinó”, expresó Daniel Hernández, habitante de la alcaldía Xochimilco.

El clímax sonoro llegó con la ejecución del cuarto y último movimiento, el “Himno a la alegría”, basado en la obra poética Oda a la alegría, del escritor alemán Friedrich Schiller, que transmitió gran emoción a los asistentes, en especial por las voces de la soprano María Katzarava, la mezzosoprano Carla López-Speziale, el tenor Dante Alcalá y el bajo Carsten Wittmoser, en compañía del Coro Filarmónico Universitario de la UNAM.

Conmovido por el ensamble orquestal y vocal, el auditorio reconoció la interpretación de la agrupación artística de la Secretaría de Cultura capitalina. “Beethoven siempre es trascendente, la dirección y la actuación de la Filarmónica fue excelente y es bueno promover esta música en otros recintos más cercanos a las personas. Nada opacó este evento, lo que denota que hay un segmento de la población interesada en este tipo de interpretación”, comentó Javier Ruiz, visitante de la alcaldía Iztacalco.

En palabras de Suárez del Real y Aguilera, se vivió la descentralización de la oferta cultural “para demostrar que hay público y gente que le interesa este tipo de apuestas culturales”, y agregó que “llegar a otra sede fue un hermanamiento de la Ollin Yoliztli (donde la OFCM tiene la Sala Silvestre Revueltas) con otro centro cultural que es la Arena Ciudad de México”, tal como dicta el mensaje de fraternidad de la Novena sinfonía, consideró.

El responsable de las políticas culturales de esta metrópoli señaló que se trató del primer gran evento de colaboración entre autoridades culturales locales e iniciativa privada, demostrando el interés de insertar los derechos culturales como parte sustantiva del quehacer gubernamental y con ello hacer de esta ciudad la Capital Cultural de América al presentar los mejores espectáculos accesibles a todo el público.

“Me pareció maravillosa, aplaudir es decir bravo por lograr esto para el público y para la gente sencilla que es quien más lo necesita. La cultura en la ciudad es brutal, esto es amar a México”, expresó en entrevista Cecilia Velázquez González, hija de Fortino Velázquez, uno de los músicos fundadores de la Filarmónica de la Ciudad.

La Novena de Beethoven, compuesta entre 1822 y 1824, durante la última década de vida del autor y bajo su irreversible sordera, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2001.

La OFCM, con sede en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, continuará acercando la música clásica a otros espacios de la Ciudad de México. Sus próximos conciertos serán el 8 y 9 de febrero en el Templo de Santo Domingo y en el Centro Cultural Roberto Cantoral, respectivamente.