Por: Paola Nava González/

Los reclamos del pueblo para mejorar las condiciones de vida y laboral siempre han sido un llamado para la lucha, la gente ha peleado por un bienestar colectivo; tal es el caso del año 1886 cuando 80 mil trabajadores fueron ejecutados en Estados Unidos en medio de una huelga que exigía sus derechos laborales.

Los “Mártires de Chicago” fueron los protagonistas en aquella escena, un grupo de sindicalistas anarquistas fueron cruelmente asesinados por el hecho de demandar la disminución de las horas de trabajo, lo cual causó incomodidad al sector empresarial. Trabajar 16 horas continuas no era saludable ni era bien compensado con sus salarios, algo se tenía que hacer al respecto.

Sin embargo, ante la presión por parte de la comunidad, el entonces presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson decidió promulgar una ley que estipulaba 8 horas de trabajo diario, con el fin de complacer a ambos bandos (las empresas y los trabajadores). Pero el primer sector no estuvo de acuerdo con la situación; las empresas desobedecieron, no acataron ni respetaron lo estipulado, ellos querían ganar sin importar las condiciones.

Es así como el 1 de mayo se llevó a cabo la máxima huelga liderada por Albert Pearsons, convocando a más de 80 mil trabajadores de la Ciudad industrial de Chicago y ganando calificativos despectivos como: “indignante e irrespetuoso”, “son unos lunáticos poco patriotas”. Pero esto no fue impedimento para que las personas se unieran al movimiento, finalmente la suma fue de 400 mil obreros en cinco mil huelgas simultáneas. Todo indicaba la aproximación de un cambio en el sistema, un cambio en donde el pueblo tiene las riendas y el valor para levantar la voz.

Pronto los antagonistas se hicieron notar; se vieron amenazados ante la organización de trabajadores, fueron intimidados, ¿cómo iban a trabajar menos? ¡Eso no es posible!, la respuesta a dichas peticiones fue atroz. La fábrica McCkormik se mantuvo a la defensiva haciendo que la policía disparara contra los manifestantes en las puertas de la empresa.

Conforme pasaban los días morían más trabajadores, para ponerle punto final a la lucha, se optó por estallar una bomba contra las fuerzas policiales en un hecho conocido como “El atentado de Haymarket.

Pese a lo anterior, estos hechos no quedaron impunes ya que se inició un juicio contra los presuntos implicados en el estallido que dejaron miles de muertes. Condenando a dos de los culpables a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados, y cinco pagaron las consecuencias en la horca.

Estas 8 personas fueron nombradas “Los mártires de Chicago”, y en conmemoración de esa serie de huelgas de las personas que fueron valientes al gritar y pedir reconocimiento a sus labores se designó la fecha primero de mayo como el día internacional del trabajador.

Hoy las condiciones son diferentes, gracias a aquella defensa surgieron cambios cruciales en lo laboral en todo el mundo