• Aunque su muerte no fue inesperada para sus conocidos que atestiguaron su sufrimiento y padecimiento, para los ciudadanos significó una pérdida simbólica cuando a las 19 horas del 7 de enero de 1986, Juan Rulfo dio su último aliento en su departamento.

Por: Nilda Olvera/

En una cama postrado desde hacía tres meses yacía el cuerpo de un escritor mexicano, su salud había empeorado, pues consigo contaba con una nueva retina debido a una intervención ocular y un cáncer pulmonar que lo llevaba carcomiendo desde que le fue diagnosticado en octubre del 85.

Aunque su muerte no fue inesperada para sus conocidos que atestiguaron su sufrimiento y padecimiento, para los ciudadanos significó una pérdida simbólica cuando a las 19 horas del 7 de enero de 1986, Juan Rulfo dio su último aliento en su departamento en la calle Felipe Villanueva, en la colonia Guadalupe Inn.

Tenía 67 años y contaba con dos obras que lo culminaron a ser uno de los mejores autores del siglo XX en México. La primera “El llano en llamas”, una recopilación de 17 cuentos de ficción y la segunda “Pedro Páramo”, novela que sigue la historia de Juan Preciado en busca de su padre en el pueblo de Comala.

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, mejor conocido como Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917 en Apulco, Jalisco. Cuando era pequeño sufrió la pérdida de su papá y abuelo en la Guerra Cristera (1926-1929), que surgió en el periodo presidencial de Plutarco Elías Calles por la modificación del Código Penal en la Constitución de 1917, que limitaba el poder de la Iglesia.

Época significativa de grandes pérdidas y constantes mudanzas que realizó junto con su familia y en la que su hogar sirvió en algún punto de escondite para los libros de un cura, los cuales leyó cuando tuvo oportunidad. Cuatro años más tarde, la muerte llegó otra vez a su vida con el deceso de su madre, aspecto que lo llevó a ser internado en un orfanato, lugar donde desarrolló una profunda depresión por el ambiente estricto con el que se hallaba.

Ya de grande el autor creció con una gran preferencia de estar solo y una personalidad seria. Y al no poder hacer el examen a la Universidad de Guadalajara (UDG) por eventos externos, se trasladó a la Capital para intentar ingresar a la Universidad Autónoma de México (UNAM), decisión que nunca lo logró por lo que en vez de abandonar sus estudios estuvo de oyente en las clases de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

En un punto de su vida conoció a Clara Angelina Aparicio Reyes, quien se convertiría en su esposa y madre de sus cuatro hijos y a la que le escribió una serie de cartas que se darían a conocer al público con el título “Aire de las colinas: Cartas a Clara”, donde se relata los sentimientos que tenía hacia su joven enamorada.

Ya en la ciudad empezó a desarrollar sus talentos tanto en la escritura como en la fotografía, capturaba imágenes de paisajes, grupos étnicos y arquitectura que fueron resultado de un extenso recorrido por el país. Etapa que en la actualidad no es muy conocida por el público que lo ubica y le da más relevancia en lo literario por lo que significaron sus libros.

Su primer escrito fue “El llano en llamas” (1953) y dos años después la obra “Pedro Páramo” (1955) que lo postuló como uno de los clásicos de la literatura y en una de las mejores novelas de la lengua hispánica, cuyas impresiones en la casa editorial de ambas creaciones el Fondo de Cultura Económica, los llevó una reedición y doblaje a varios idiomas para su venta a nivel internacional.

A la vez de la obtención del Premio Xavier Villaurrutia el mismo año de su lanzamiento de “Pedro Páramo”, no obstante, éstas dos serán sus únicos escritos publicados a lo largo de su carrera.

Debido a su costumbre de fumar, hábito reconocido por sus allegados como constante, el autor desarrolló cáncer y un enfisema pulmonar que lo llevó a su muerte. Al día siguiente sus restos se homenajearon en el Palacio de Bellas Artes, en donde no sólo estuvieron familiares y amigos cercanos, sino figuras importantes como el entonces presidente Miguel de la Madrid, para despedirse de uno de los autores más importantes de la historia de México.