Por: Redacción

Por su trayectoria profesional, la madurez y constancia de su trabajo, la vanguardia y sustentabilidad en el tratamiento visual, la relevancia en la formación de nuevas generaciones y su aportación a la cultura visual en México, José Luis Neyra, Rafael Doniz y Agustín Jiménez (In Memoriam) recibieron la Medalla al Mérito Fotográfico.

El reconocimiento que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se entregó en el contexto del 17 Encuentro Nacional de Fototecas que se realiza en Pachuca, Hidalgo.

En la ceremonia participaron Diego Prieto Hernández, secretario técnico y encargado de la Dirección General del INAH; José Vergara Vergara, director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo; Leticia Perlasca Núñez, coordinadora nacional de Difusión del INAH.

En el acto estuvieron presentes también José María Muñoz Bonilla, coordinador nacional de Centros INAH; Emma Cecilia García Krinsky, investigadora, curadora y miembro del Jurado; María del Socorro Villarreal, coordinadora nacional de Asuntos Jurídicos del INAH; Juan Carlos Valdez, director del Sistema Nacional de Fototecas, y María Jiménez, hija del fotógrafo Agustín Jiménez.

José Luis Neyra es uno de los fundadores del Consejo Mexicano de Fotografía, AC, y destacado fotógrafo cuya obra sobresale porque captura de forma única el México de los años sesenta, setenta y ochenta.

Destacó que hacer fotografía ha sido sin duda el motivo que le ha permitido seguir con vida en este mundo. “La verdad es que he disfrutado hacerla y gracias a ella he tenido muchos estímulos y libertad para hacer este trabajo que disfruto. Se me otorga un galardón, quizá inmerecido, pero que agradezco”.

Mientras que Rafael Doniz, discípulo de Manuel Álvarez Bravo, es un destacado colaborador en proyectos editoriales de arqueología, etnografía, sociología, arquitectura, ecología, arte colonial, moderno y contemporáneo, editados en México, Estados Unidos y Europa.

Al recibir el reconocimiento, el experto detalló que trabajar en la fotografía ha sido siempre una gozosa aventura a la cual se entrega por pasión y también agradeció ejercer el oficio, ya que, dijo, le ha dado todo.

“Tengo 45 años en esta actividad. Ser fotógrafo es el gusto de mi vida y pasión existencial. Este maravilloso oficio me ha permitido explorar las diversas geografías de este país, me ha acercado a vestigios ancestrales, como son los patrimonios culturales heredados de nuestro México y también estar muy cerca de algunos grupos humanos que pueblan el territorio.