Por: César Dorado/

Precursor del género post-punk y la oleada del movimiento “Dark” de Manchester en la época de los ochenta, Ian Curtis se caracterizó por generar un estilo único que iba en contra del ya estereotipado “Punk”, pues el grosor de su voz y las historias depresivas en las que se desenvuelven su letras, más el sonido melódico de todo Joy Division, revolucionaron el mundo de la música oscura que comenzaba a surgir en Inglaterra y, posteriormente, inspirar a los creadores del Darkwave, el New Wave y otros géneros.

Ian Kevin Curtis nació en Old Trafford, Manchester, en 1956, pero creció la mayor parte de su infancia en el área de Hurdsfield, Macclesfield. Desde pequeño, Curtis mostró interés por la poesía y la música, ya que, siendo un joven bastante tímido y aislado, se arropaba entre las líneas de libros de autores como William Burroughs, J.G. Ballard-mismo que en un futuro lo motivarían a crear los temas “Interzone” (Unknown Pleasures) y “Atrocity Exhibition” (Closer)- y artistas como Jim Morrison, Iggy Pop y el delgado duque blanco, David Bowie.

Después de fracasar en la escuela y contar con un conocimiento amplio dentro de las nuevas propuestas musicales y literarias, sus intereses comenzaron a inclinarse por la literatura y finalmente, por la música. Fue así que para el año de 1976, al conocer a Bernard Sumner y Peter Hook en un concierto de los Sex Pistols, Ian se integró al proyecto Warsaw, donde fungiría como letrista y cantante principal.

Después de algunos meses de ensayo, la banda consolidó los temas “Shadowplay” y “Transmission” donde se ve reflejado el talento por conseguir letras reflexivas que retratan parte de su visión del viejo Manchester.

Sin embargo, después de experimentar y tener algunas presentaciones en vivo en donde el público los recibía con emoción, la banda decidió cambiar el nombre y transportarse en Joy Division y así lanzar su primer EP “An Ideal For Living” con los temas “Warsaw” (homenaje a David Bowie), “No Love Lost” y “Leaders of Men”, los cuales contaban con una gran presencia de bajo, una batería punk y arreglos de guitarra sencillos pero penetrables.

Con el pasaje del tiempo, la banda comenzó a ganar mayor popularidad dentro de los bares de la ciudad de Manchester y así, tras conocer a Tony Wilson, iniciarían una carrera profesional en donde crearían los discos “Unknown Pleasure”, “Closer” (póstumo) , “Still”, “Substance”, entre otros.
Dentro del crecimiento de Joy Division, la personalidad de Curtis se fue transformando, pues los efectos de la epilepsia y sus problemas personales, como el repentino divorcio con su esposa Deborah fueron causas que contribuyeron a caer en una depresión inquebrantable que, sin dejar de lado el arte, plasmaría en cada una de sus letras.

Tras una presentación y ya con el éxito que había traído consigo el lanzamiento de “Unknown Pleasure”, Tony Wilson sorprendió a la banda con la noticia de que Estados Unidos los esperaba para dar una serie de conciertos que los colocaría en un pedestal como banda precursora del lPost-Punk. Sin embargo, la noche del 18 de mayo de 1980, al terminar de ver la película “Stroszek”, de Werner Herzog, Ian decide colocar el disco “The Idiot” de Iggy Pop para después ir a su cocina y quitarse la vida a la edad de 23 años.

Curtis fue incinerado y sus cenizas enterradas en Macclesfield, con la inscripción “Love Will Tear Us Apart” en su lápida, pues fue el último sencillo que grabó con Joy Division y uno de los más populares tras su muerte.

Sin lugar a dudas, Ian Curtis representa uno de los íconos más influyentes dentro de la música de los años 80, pues su manera de escribir y dar a cada canción una melodía atmosférica, han sido elementos que inspiran a generaciones a crear estilos y sonidos inigualables que enriquecen el panorama musical contemporáneo.