Por: Nilda Olvera/

El cinefotógrafo Gabriel Figueroa es recordado a sus más de 20 años de muerte como una de las figuras más importantes de la época de Oro del cine mexicano, quien a través de sus fotografías logró retratar por medio de las películas en blanco y negro la belleza de un México del siglo XX.

Figueroa nació el 24 de abril de 1907 en la Ciudad de México. Huérfano por parte de su madre y abandonado por su padre, estudió la preparatoria en el colegio de San Idelfonso, pintura en la Academia de San Carlos y música en el Conservatorio Nacional, para luego dejarlas incompletas y así dedicarse a la fotografía gracias a la influencia de José Guadalupe Velasco, lográndose formar como fotógrafo a los 20 años, donde sus primeros trabajos consistieron en retratar personas.

Su primer trabajo profesional fue en la película “Revolución” con Miguel Contreras Torres donde hizo fotografía fija, después le siguió “Enemigos”, “La mujer del puerto”, “Almas encontradas” y “Chucho el roto”, pero sin duda la que logró ponerlo en la mira de los demás directores de la época y que le consiguió un premio en la Muestra Internacional de Cine de Venecia fue “Allá en el rancho grande” de Fernando Fuentes, la cual es considera como una de las cintas con las que inició el cine de oro.

Las escenas de Figueroa se caracterizaron por presentar una gran apreciación al paisaje, el cual le dio un sello único al cine mexicano, siendo nombrado hasta por Diego Rivera como el cuarto muralista, ya que mostraba al país como pocos lo habían hecho. Y a causa de éstas fue merecedor del premio mexicano Ariel en 16 ocasiones y hasta fue candidato al premio Óscar a la mejor foto por “La noche de la iguana”.

Contó con más de 200 filmes en los que se encuentra “Enamorada”, “Días de otoño”, “María candelaria”, “La perla”, “Flor silvestre”, “Macario” y sus más de 40 años de carrera lo llevaron a relacionarse con los artistas más populares en los que se encuentran María Félix, Pina Pellicer, Ignacio López Tarso, Emilio Fernández (conocido como el Indio Fernández), Pedro Armendáriz y Dolores del Río, por mencionar algunos.

Aunque su trabajo lo llevó a participar con los directores Emilio Fernández (en la que demostró el nacionalismo), Roberto Gavaldón, John Huston y John Ford no a todos los deslumbró con sus obras, siendo uno de ellos el director Luis Buñuel, pues en varias ocasiones en las que trabajaron juntos no estaba de acuerdo con el estilo que Figueroa imprimía en sus tomas, pues él quería algo más austero y más auténtico.

Después de haber cumplido 90 años Figueroa murió el 27 de abril de 1997 en la Ciudad de México a causa de un infarto cerebral. A la fecha es considerado como “El maestro de la luz”, el cual inspirado por el muralismo mexicano logró expresar una belleza única en sus obras, siendo consideras muchas de ellas como representación de la cultura mexicana.