Por: César Dorado/

Su nombre representa a uno de los íconos más importantes para la cultura mexicana, pues a través de su obra pictórica logró plasmar tópicos culturales que describen una mexicanidad olvidada. También, y siempre bajo una incesante poesía caótica vestida con trajes típicos y mostrando una mirada profunda escondida debajo de dos cejas pobladas, logró realizar una serie de autorretratos que narraban episodios de su vida como artista.

Y aunque su talento la llevaron a exponer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) – uno de los más representativos en el mundo del arte- y ganar gran popularidad y reconocimiento por parte de la clase política y cultural a nivel nacional e internacional, ahora, a 112 años de su nacimiento, más allá de ser una pieza de museo, Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón representa un demandado objeto de consumo “artístico”.

En su comienzo, la obra de la artista representó la salvación del arte en México, pues en aras de la revolución mexicana y la crisis del cambio político, el arte quedaba en segundo plano y fue así, como su obra- sin profundizar en la técnica pictórica que empleaba- al igual que los muralistas nacionales, impregnaba de color el panorama gris del pueblo mexicano.

Ahora, la pintora mexicana representa la imagen de una marca que “reconcilia” a los mexicanos con su pasado y sus costumbres. En un comienzo, la iniciativa de su sobrina directa, Isolda P. Kahlo, y después de sus sobrinas-nietas, Mara de Anda Romeo y Mara Cristina Teresa Romeo, comenzó por querer difundir la obra y el le gado pictórico de la artista mexicana, poseyendo los derechos en exclusiva sobre el nombre de su tía.

Con la fundación de la empresa Frida Kahlo Corporation (FKC), las dos mujeres lograron su objetivo, creando así una estrategia de márquetin que sobreexplotaba la imagen de su tía. Sin embargo, para 2005, las dos mujeres cedieron todos los derechos de propiedad industrial y personales de la pintora a la empresa, generando así una disputa con inversionistas pues la compañía también había adquirido el concepto, ideología y signos distintivos que evoca a la mexicana.

Y aunque en su momento con la aparición de la muñeca de Frida Kahlo producida por Mattel en 2018, Mara Cristina Teresa Romeo presentó una demanda en contra de la empresa en Corte del sur de Florida por el uso de imagen de la artista, la vocera de FKC, Beatriz Alvarado, declaró que no existía ningún conflicto jurídico, sino que “hay una carta unilateral de los parientes de Frida Kahlo que quieren hacer retroactivo y eso no puede ser”.

Puntualizando que “a las parientes de Frida Kahlo se les pagó una suma de dinero bastante importantes para que nos transfirieran e hicieran la sesión de todos los derechos que tenía Iselda Pinedo Kahlo” y que, en su momento, para ellas no tenía importancia salvaguardar la imagen de la pintora.

Con ello, a través del Comunicación Oficial de Frida Kahlo Corporation 07.13.2018 emitido el 13 Julio de 2018, la compañía declaró “Frida Kahlo Corporation ha ganado la demanda que Mara Cristina Teresa Romeo promovió en contra de Frida Kahlo Corporation. Con esto, Frida Kahlo Corporation queda una vez más debidamente ratificada y constituida bajo las leyes de la República de Panamá, confirmando los fines para los cuales fue constituida que un esfuerzo para difundir su obra y legado artístico, y poseyendo los derechos en exclusiva sobre el nombre de su tía, fundaron la empresa Frida Kahlo Corporation (FKC) en 2004, con oficinas en Miami, EU y Ciudad de México”.

Y aunque la empresa haya ganado la demanda, la sobrina-nieta de la pintora, ha interpuesto junto a su hija varias demandas contra FKC en Ciudad de Panamá, alegando que la compañía tiene derecho para usar el nombre en productos, pero carece de derechos más amplios sobre la imagen de Kahlo.

Bajo este contexto, podemos entender cómo es que las calles se ven inundadas de la imagen de Frida Kahlo a través de camisetas, gorras, bolsas, posters-casi tan igualado al Che Guevera- e incluso, personas disfrazados al estilo de la pintora, portando con orgullos una bandera de “mexicanidad”.

Ahora, y con el Zócalo capitalino ornamentado con la imagen de la artista en medio de arreglos florarles, es interesante analizar realmente qué representa para nosotros la imagen de Frida Kahlo, y si es que apreciamos su obra pictórica y su talento como artista mexicana o simplemente hemos dejado que la publicidad nos genere una imagen (poco conocida) de su trayectoria.