Por: Carolina Carrasco

Emily Dickinson, poetisa estadounidense, aseguraba que para viajar, no había mejor nave que un libro, y para ello, hay extensa variedad de dónde escoger: grandes y extensas, pequeñas y delgadas, de brillantes colores o de temas sobrios, los libros han sabido adaptarse a los cambios sociales que han azorado a la humanidad, teniendo su evolución más radical durante el siglo XX y principios del XXI, donde, lejos de dejar de ser la nave ideal para poder llevarnos a donde sea, se sofisticó y atravesó la última barrera aparentemente impenetrable: el mundo digital.

Las publicaciones digitales o e-books, se han convertido en el emblema de lo que verdaderamente podría significar la globalización: el conocimiento al alcance de todos, y en la XXXVII edición de la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería, no se podían dejar de lado.

Aránzazu Nuñez, comunity manager de la empresa alemana en México, dedicada a la venta y distribución de e-books, Bookwire, expuso en el Punto de Encuentro dentro de la FILPM los lineamientos mínimos básicos para conocer lo que realmente es una de éstas publicaciones digitales, y el cómo poder sacarle el mayor provecho posible, tanto como lector, editor o escritor.

¿Qué pasará con los libros digitales?, ¿reemplazarán a las ediciones físicas o sólo es una moda pasajera?; esas preguntas nos las hemos planteado desde hace aproximadamente diez años, cuando el boom de las nuevas tecnologías alcanzó su punto cúspide, dejando que la gran mayoría de los internautas pudieran tener acceso a los e-books; algunos creían firmemente que los libros digitales desplazarían y reemplazarían más temprano que tarde a las ediciones de papel, sin embargo, eso está lejos de ocurrir, de acuerdo con Aranzazú Nuñes.

“Llevamos como diez años preguntándonos cómo es que el libro digital va a desplazar al libro de papel, pero, como podemos ver por la actividad de ésta feria, el libro en papel no está siendo desplazado pero para nada, sin embargo, lo que si es muy importante es que el libro digital tiende a convivir y coexistir de una manera extraordinaria con los libros de papel, y no porque se haya llegado a un consenso como tal, sino porque los lectores somos muy índigos, somos lectores que nos gusta tener el contenido, no importa en dónde sea que lo almacenamos”