Por: Oswaldo Rojas

“Una comedia ácida de la realidad que vivimos en México”, es la descripción que el cineasta Mexicano Bernardo Arellano da a su película El comienzo del tiempo, donde una pareja de ancianos, Antonio y Bertha, son sacudidos por la crisis económica y social del lugar en el que viven.

 “Me parece que la película reflexiona bastante sobre la movilidad social y las dinámicas de la familia”, dijo el realizador en entrevista el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). “La gente se puede identificar con la película porque está hecha con personajes de la calle, que no son actores. Ellos le dan voz al pueblo y hablan de su contexto: cómo en la vejez sales del sistema de producción y ya no vales nada, se acabó tu vida. Eso es algo terrible que hacemos los humanos en todos lados”.

De esta forma Arellano intenta hacer reflexionar al espectador sobre los ciclos de la vida, la conexión entre las generaciones y la imposibilidad de la juventud por cambiar la situación.

Como en su ópera prima, Entre la noche y el día (2011), el cineasta formó el discurso de sus personajes recuperando la marginalidad como elemento discursivo. Según él la sociedad representa para ellos un monstruo que los devora y excluye. Así es como el egresado de del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) logra una trama más contundente al mismo tiempo real.

La cinta comenzará su estancia en cartelera el próximo 26 de agosto, bajo la distribución de la compañía Dragon Films, mientras que su director viajará a Bélgica para iniciar la producción de su siguiente proyecto, una película de género fantástico que se mueve entre el terror y la maldad.