• Sus textos también están marcadas por una sensibilidad dolorosa que retrató la crisis cultural en la que se encontraba el país. Intelectuales que, pese a las diferencias entre ellos, crearon nuevos espacios para el desarrollo de una nueva corriente literaria.

Por: César Dorado/

La obra literaria de “Los Contemporáneos” ha trascendido en la historia de las letras mexicanas por el compromiso de sus autores con la creación de una nueva literatura. Este grupo de autores en los que resaltan los nombres de Carlos Pellicer, Bernardo Ortiz de Montellano, Octavio G. Barreda, Jaime Torres Bodet y José Gorostiza pasaron a la historia por envolver en su poesía un conjunto de elementos nostálgicos y desgarradores pero que estaban cargados de un simbolismo crítico. Incluso fueron descritos por el propio Octavio Paz como una generación que se distinguió por haber introducido “a la literatura mexicana una noción de rigor ante la obra propia y la tradición”.

Sus textos también están marcadas por una sensibilidad dolorosa que retrató la crisis cultural en la que se encontraba el país. Intelectuales que, pese a las diferencias entre ellos, crearon nuevos espacios para el desarrollo de una nueva corriente literaria.

Dentro de estos personajes resaltó uno que en vida nunca publicó un libro y su muerte, manchada por la auto castración y el suicidio, retrataron a la perfección una trayectoria de dolor; Jorge Cuesta es anunciado por muchos como el más “potente de su generación” con “temperamento profundo” y alta crítica política. Aunque escribió, criticó inteligentemente a nuevos escritores y se enfocó en analizar el nacionalismo cultural, su vida personal quedó al margen de lo que sólo se mostraba en la literatura y sus ensayos.

El impacto de Cuesta en las futuras generaciones es tan importante que incluso atrajo la atención de nuevos artistas, como el caso del escritor, ensayista, diplomático y fundador de la “Generación Crack”, Jorge Volpi, quien en una tarea ardua por conocer al autor más allá de sus textos y reflexiones, comienza a recolectar información a través de charlas, su tesis de licenciatura y una carta que la gran mente de los contemporáneos escribe a su hermana Natalia.

“A pesar del oscuro Silencio” (1922) es una novela corta que trae consigo un ejercicio para abrir a la memoria a una de las mentes más importantes de mediados del siglo XX, entre recortes de la poesía melancólica de Cuesta y la propia vivencia de Volpi al reunir la información que desviste la soledad del escritor contemporáneo quien, de no ser en parte por esta novela, seguiría igual de olvidado.

“Se llamaba Joge, como yo, y por eso su vida me duele dos veces” comienza a escribir Volpi, combinando los propios versos con los de Cuesta. Dos historias se van intercalando para hacerse una sola historia cargada del estilo poético trágico que nació con Los Contemporáneos. Jorge Volpi escribe su historia de amor dolorosa y la intercala con los pasajes trágicos del “maldito” de la poesía contemporánea.

Una historia de amor gastado es adornada por escenarios poéticos, la búsqueda por recuperar ese sentimiento perdido e intentar descifrar la tarea ardua de saber qué fue de Cuesta en sus últimos años de vida, envuelven al lector en una historia que lastima pero atrae al origen de Jorge Cuesta.

“Un domingo, harto de nuestro desencanto, invité a Alma a visitar la tumba del poeta. Quería eliminar de una vez el doloroso sentido de tregua que mediaba entre nosotros” pero el desencanto nunca desaparece en todo el libro, pues todos los escenarios se tornan terribles y tristes al desconocer el amor del propio protagonista y leer una carta dolorosa que rosa la locura.

La poesía nunca se separa de las páginas de la obra de Volpi. E incluso el cuestionamiento sobre la labor del poeta en la vida recae en todos los capítulos “La inmortalidad en un instante… La inmortalidad que significa salirse del tiempo, arrastrarlo, dilatarlo hasta que en un segundo quepan todos los demás”. Porque así fue Cuesta; autor que no resaltó por un vasto catálogo literario, sino porque en ensayos, poemas y demás textos, existió siempre la crítica y el caos, existió un poeta “loco estrangulado” pero comprometido con su trabajo, olvidándose de sí mismo.

En su primera novela publicada, Volpi demostró recuperar la memoria de, para muchos, la gran mente maestra del “grupo sin grupo” y hacer de dos historias una novela que narra el desamor de un protagonista y revela la otra cara de Jorge Cuesta.