Por: MUGS / Redacción

El libro impreso tiene cinco siglos y medio de edad, a diferencia del libro electrónico, conocido también como e-book, que tiene aproximadamente 40 años de existencia, señala Rossana Ponzanelli, experta en temas de tecnología aplicadas a la educación y la cultura, “cuando el internet comenzó a ser imprescindible para comunicarse y para acceder a documentos y difundir los conocimientos, la web se convirtió en una gigantesca biblioteca y una inmensa librería; los e-books y las librerías digitales empezaron a complementar las antiguas prácticas del conocimiento”.

De acuerdo con la especialista, después de un arduo camino, el libro digital surgió a partir del Proyecto Gutenberg creado por Michael Hart, en 1971, con el fin de distribuir gratuitamente y por vía electrónica obras que estuvieran disponibles en bibliotecas públicas, pero es con la aparición del internet en 1974 y, sobre todo con el surgimiento de la World Web Wide en 1991, cuando el e-book pasó a distribuirse de forma global con la ayuda de más de 52,000 voluntarios, definiéndose como un texto electrónico, sin ninguna relación con el papel.

Así fue que a partir de 1998 muchas bibliotecas tradicionales lanzaron su propio sitio web, creando bibliotecas digitales que dieran acceso a documentos difíciles de consultar en fondos antiguos, locales, regionales o especializados, señala Ponzanelli Velázquez.

En el año 2000, la British Library puso en línea la versión digital de la Biblia de Gutenberg, el primer libro impreso que databa de aproximadamente 1455, recuerda Ponzanelli. “Rápidamente se multiplicaron los libros y las publicaciones como periódicos y revistas que sólo estuvieran disponibles en versión digital, siendo leídos sólo en un ordenador o dispositivos móviles”.

En 1991 se digitó Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll (publicado en 1865) y Peter Pan,de James M. Barrie (publicado en 1904). En agosto de 1997 se puso en línea el milésimo texto electrónico:La Divina Comedia, de Dante Alighieri (publicado en 1321) en su idioma original, el italiano. En el 2000 se distribuyó el texto Don Quijote (publicado en 1605), en castellano.

De acuerdo con la también especialista en entornos virtuales del aprendizaje, para lograr una mayor difusión del proyecto hacia un público cada vez más amplio, en el 2003 se distribuyó el CD Beso`t of Gutenberg, con una selección de 600 libros y se grabó un DVD con 9,400 libros. Para el año 2004, en el que Hart dictó una conferencia en la sede de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, en París, el proyecto contaba ya con 11,340 libros traducidos en 25 idiomas diferentes.

“El Proyecto Gutenberg modificó el acceso a la lectura y el conocimiento mediante el e-book gratuito; fue la primera biblioteca digital con 40 sitios web que han inspirando la creación de múltiples bibliotecas digitales y catálogos multimediales en todo el mundo”, asegura Ponzanelli.

En enero de 1993, John Mark Ockerbloom creó la Online Page Books con el propósito de inventariar los textos electrónicos de lengua inglesa en la web para el dominio público; comprendía páginas con enlaces hacia otros recursos académicos. En 1993 se confesó un apasionado ante el enorme potencial que representa el internet para poner la literatura al alcance de mucha gente, siendo un medio de comunicación de masa y de distribución de libros de forma gratuita.

“La importancia y el desarrollo del libro electrónico debe explorar nuevas posibilidades, generando nuevos discursos y ampliando la oferta cultural para abrir nuevos espacios de participación al público lector, que motive nuevas formas de lectura, apoyadas en los principios básicos de la web: el vínculo hipertexto, que permite enlazar documentos textuales e imágenes y; el vínculo hipermedia, que accede a gráficos, imágenes animadas, bandas sonoras y videos” señala Ponzanelli.

Y añade que los escritores apasionados por las tecnologías digitales ya utilizan el internet como un medio privilegiado para hacer circular ideas y comunicar sus pasiones, dando origen a varios géneros: la novela multimedia, la narrativa hipertextual, la novela hipermedial, el sitio web de escritura hipermedia, el email-novela, entre otros “una verdadera literatura digital, llamada también literatura electrónica o ciberliteratura, que comenzó a fusionar el escrito con la imagen en movimiento y el sonido”.

Y es que, alrededor de los libros electrónicos y de los dispositivos de lectura se ha dado una serie de transformaciones y cambios no sólo en el desarrollo tecnológico sino también dentro de las mismas estructuras culturales y de la industria editorial, “el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes por ejemplo, ha contribuido también en el fomento de espacios de creación y de ideas, a través de nuevos soportes y programas como las Salas de Lectura, o de espacios como la Biblioteca Vasconcelos”, concluyó.