Por: MUGS / Redacción

Para honrar la memoria de Eraclio Zepeda  (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 24 de marzo,  1937– Íbid., 17 de septiembre, 2015) uno de los escritores más importantes de la segunda mitad del siglo XX en México, reconocido como un gran cuentista y narrador oral, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Publicaciones (DGP) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), prepara una mesa homenaje en la que colegas y amigos destacarán el legado del autor chiapaneco, Premio Xavier Villaurrutia 1982 por su libro Andando el tiempo.

Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta; Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML); Ernesto Velázquez Briseño, director de Canal 22; Federico Reyes Heroles, presidente del Consejo Directivo de la Fundación Este País; el historiador y arqueólogo Carlos Navarrete, y el investigador Xavier Lozoya, participarán en el Homenaje que tendrá lugar el próximo jueves 19 de noviembre a las 19:00 horas en el Palacio de Bellas Artes con la presencia de la poeta Elva Macías, viuda del escritor.

El acto en el que se recordará al creador de obras como BenzululAsalto nocturno y Andando el tiempo, entre muchas otras, abrirá con la proyección de una serie de fotografías de Eraclio Zepeda en diferentes etapas de su vida, al tiempo que se escuchará en su voz el relato El enfrascador de almas, para dar paso a las reflexiones sobre su trabajo como poeta, novelista, cuentista y autor de literatura infantil, lo mismo que de su faceta de actor, promotor cultural, profesor, periodista y político.

Integrante del grupo La Espiga Amotinada, junto con los poetas Juan Bañuelos, Óscar Oliva, Jaime Labastida y Jaime Augusto Shelley, Eraclio Zepeda fue miembro correspondiente en Chiapas de la Academia Mexicana de la Lengua desde 2012, y recibió galardones como la Medalla Belisario Domínguez y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Lingüística y Literatura en 2014, y recientemente el título honorífico Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y la Universidad Intercultural de Chiapas 2015.

“Me llenó de felicidad, es el premio más alto que se otorga en la República, pero lo que más me ha gustado de este reconocimiento, que por cierto lo comparto con Jaime Sabines, nuestro gran poeta, lo que más me pone feliz, es la gran cantidad de gente que se ha comunicado conmigo por muchos sistemas: teléfono, mail, y más, felicitándome, y eso me gusta porque veo que por fortuna, no soy un escritor encerrado en su biblioteca, soy un escritor que sigue caminando en las calles y en las plazas como lo he sido siempre”, dijo a Conaculta luego de haber recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.

Laco, como lo llamaban sus amigos, escribió su obra bajo el doble influjo del realismo literario latinoamericano y la tradición oral de Chiapas, con el conocimiento de que una historia debe repetirse y depurarse en la boca antes de merecer el papel. Benzulul, su primer libro de cuentos, escrito a los 20 años, es ya un clásico.

La geografía y los hombres del campo de Chiapas son el escenario y los personajes de las ficciones de Eraclio Zepeda, quien estudió antropología social en la Universidad Veracruzana, formación que enriqueció su visión del mundo indígena de Chiapas. En la colección Ficción de esa universidad se editó por primera vezBenzulul.

Fue un reconocido militante de izquierda. En la Universidad Militar Latinoamericana se había graduado como bachiller en ciencias físico-matemáticas y humanidades con el grado de Teniente de Infantería del Ejército Mexicano. En 1960 asistió al Primer Congreso Latinoamericano de las Juventudes en Cuba, cuando la Invasión de Bahía de Cochinos se alistó como soldado, designándosele oficial responsable de la Compañía Especial de Combate, y le gustaba contar la historia de que en esos años jugó futbol con el comandante Ernesto Che Guevara.

De La Habana partió a China donde se desempeñó como profesor de español en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing. Más tarde fue corresponsal de prensa en la disuelta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), en donde se interesó por el desarrollo de las culturas multinacionales y entabló amistad con personajes como Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias y Francisco Coloane; años después cumplió funciones de Embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, Francia.

En otro de sus libros de cuentos, Asalto nocturno, están los viajes de Eraclio Zepeda y de su necesidad de viajar también literariamente. En su obra destaca su tetralogía de novelas, cuyo primer título lo dedicó al agua, Las grandes lluvias; el segundo al fuego, Tocar el fuego; el tercero a la tierra, Sobre esta tierra, y el último al aire, El viento del siglo. La saga tiene como centro una hacienda llamada La Zacualpa y refleja la historia de Chiapas de 1830 a 1937.

Si algo definía a Eraclio Zepeda era su alegre maestría por contar historias, cultivó la tradición oral y era un gran conversador. Muestra de esa expresión es la serie Viejas historias vueltas a contar por este narrador que hacía 60 relatos cada uno de cinco minutos, sobre temas como la Revolución, la Reforma o la Independencia de Chiapas, transmitidos por el Sistema Estatal de Televisión en el año 2010 y 2011 con gran éxito de audiencia.

Dentro de su faceta de actor hizo el papel de Pancho Villa en México insurgente, de Paul Leduc, y lo hizo en forma excelente.

Casado con la poeta Elva Macías, con quien tuvo una hija y una nieta, Masha y Milena, Eraclio Zepeda, fue un hombre feliz: “Hubo un momento en que yo pensé que podría hacer cualquier trabajo en cualquier lugar donde el hombre estuviera, tuve la fortuna de ser un muchacho fuerte, y era yo muy feliz,”, contó al recordar sus años por China y la disuelta Unión Soviética.

Fue un destacado integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, y en el año 2004 se celebró la Semana de Eraclio Zepeda en Casa de América, en Madrid, España. En los últimos años pasaba la mitad de su tiempo en su casa de Tuxtla Gutiérrez, donde daba clases de literatura a jóvenes universitarios, y otra parte en su casa de la Ciudad de México, en la colonia Condesa.

“Yo creo que así como la luz ilumina, el cuento cuenta”, afirmó Eraclio Zepeda en esa entrevista a Conaculta al recordar el premio IBBY que recibió en 2006 por su libro de literatura infantil Horas de vuelo. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fonca desde 1994 y parte de su obra se encuentra grabada en un disco de la colección Voz Viva de México, UNAM-INBA, 1987 y en el CD Conversa (Editart, 1993).