Por: Redacción

El ensayista, narrador y poeta mexicano Óscar de la Borbolla compartió durante el sexto día de actividades del 11º Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional —este domingo 16 de abril— los títulos de los libros que han marcado su vida como lector.

Durante la charla “Kit de supervivencia literaria” llevada a cabo en el Foro Sergio González Rodríguez, y luego de recordar que su primer libro fue Robinson Crusoe, una de las novelas más famosas del inglés Daniel Defoe, De la Borbolla decidió enumerar primero los textos que cambiaron su vida literaria, pero cuya relectura fue un desencanto, como El lobo estepario y Siddhartha del suizo-alemán Hermann Hesse (1877-1962).

“Hay libros que uno los quiere en su momento, pero cuando vuelve a ellos, lo que uno trae para decodificarlos es tan distinto, que hace que el libro sea uno diferente. Yo ya no tengo esa parte complementaria con la que leí Rayuela, aunque en mis talleres leo muy frecuentemente cuentos de Cortázar”, expresó el también profesor de Filosofía en la FES-Acatlán de la UNAM.

Por el contrario, el escritor aseguró que hay libros entrañables, por lo que en este ejercicio literario de pensar qué títulos se llevaría a una isla desierta, colocó en primer lugar El caballero inexistente, novela de Italo Calvino: “Es un libro que me encanta y lo podría volver a leer interminablemente porque se vale de muchos trucos; de Calvino les recomendaría todos”, aseguró el también autor de Nada es para tanto.

A esta obra le siguió La cripta de los capuchinos, novela del escritor y periodista austriaco Joseph Roth. “Ahí descubrí cosas fascinantes, que la manera como se puede impactar al lector no es tanto describiendo cómo era el personaje; sino cómo siente el personaje que está al lado; lo que hace Roth es describirlo todo a partir del tamiz de su subjetividad, uno termina por ver desde ahí todo”, reveló el escritor.

La lista —de la cual los asistentes tomaron nota—, prosiguió con El capitán de ultramar y Quincas Berro Dágua, del brasileño Jorge Amado, autor de quien De la Borbolla subrayó el amor hacia sus personajes “al final tuerce las cosas para que su personaje se salga con la suya”, explicó y a petición del público sumó un título más a la lista, El extranjero, del escritor francés Albert Camus.

Recuerdan a Juan Rulfo en el centenario de su natalicio

Este domingo, también en el Foro Sergio González Rodríguez del Gran Remate de Libros se llevaron a cabo las charlas “Tras los pasos de Pedro Páramo” y “Juan Rulfo en el cine”, a cargo del escritor y ensayista Eduardo Antonio Parra y el académico y periodista Roberto García Bonilla, respectivamente, para recordar al autor jalisciense con motivo del centenario de su nacimiento.

Eduardo Antonio Parra explicó que su acercamiento a Juan Rulfo (1917-1986) se dio durante sus estudios en la secundaria, cuando por curiosidad encontró su obra en los estantes de la biblioteca. Aseguró que la primera lectura de Pedro Páramo, a la cual ahora define como una de las obras cumbre de la literatura hispanoamericana, que marcó un antes y un después, fue desconcertante.

“A causa de las estrategias narrativas y de la fuerza del arranque de cada uno de sus fragmentos, de la contundencia en el cierre de los mismos, de la economía de su lenguaje y la manera en que en ella se hace de la sustracción, una técnica encaminada a la búsqueda del arte de la experimentación; se podría decir, con certeza, que la mayor obra de la literatura mexicana del siglo XX es la novela de un cuentista”, destacó Parra.

Explicó que para conocer la obra de Rulfo se internó en la lectura de sus biógrafos, a través de quienes conoció algunos de los fragmentos autobiográficos que el jalisciense narró en su obra literaria, además de la influencia de otros autores en sus técnicas y estructuras literarias, como Cartucho, de la escritora Nellie Campobello (1900-1986), y Cumbres de espanto del suizo Charles-Ferdinand Ramuz (1878-1947).

Asimismo, Parra aseguró que el escritor mexicano era también admirador de su homólogo uruguayo Juan Carlos Onetti, quien optaba por frases largas, un lenguaje difícil y personajes urbanos, a diferencia de Rulfo, quien creó en su obra “una nueva habla campesina”, a través de cambios temporales, el fraseo, los juegos rítmicos y el uso de una estructura complicada.

En su oportunidad, Roberto García Bonilla, autor de Un tiempo suspendido: cronología de la vida y la obra de Juan Rulfo, destacó el interés del escritor Juan Rulfo por preservar las tradiciones, al asimilar y sintetizar las mismas en su mundo literario, así como su gusto por la fotografía y el cine, que él mismo expresó a su novia Clara Aparicio en una carta donde le habla sobre películas como La escalera de caracol, de Robert Siodmak; Larga es la noche, de Carol Reed, y ¡Qué bello es vivir!, de Frank Capra.

“Como conocedor riguroso de diversas disciplinas había adquirido elementos técnicos de la cinematografía para conseguir la estructura de su novela, a lo largo de sus páginas las visualizaciones de elementos pasados, los flashbacks, son una constante que se convierte en un presente fragmentado a lo largo de sus páginas”, explicó García Bonilla.

Destacó que la dificultad de la obra Pedro Páramo radica en que es un montaje de escenas, en el que “la obra está fragmentada en segmentos que no tienen una relación y colindancia de tiempo y espacio, que es la relación convencional de un texto literario”, concluyó el periodista.

García Bonilla compartió con el público la incursión de Juan Rulfo en el cine en la película “La escondida”, de Roberto Gavaldón, con quien trabajó en varias películas posteriores, así como con Mitl Valdez y Antonio Reynoso. Recordó también la aportación cinematográfica de Rulfo al escribir “El gallo de oro”, adaptada por Roberto Gavaldón en 1964, y de nuevo por Arturo Ripstein en “El imperio de la fortuna” en 1985.

Con la participación de 250 expositores y 700 sellos editoriales, el 11° Gran Remate de Libros se lleva a cabo este lunes 17 y martes 18 de abril en el Auditorio Nacional, donde el visitante puede encontrar miles de títulos con grandes descuentos y un amplio programa de actividades literarias y artísticas que fomentan la lectura. La entrada es libre.

El encuentro es organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) en colaboración con el Auditorio Nacional y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).