• Se develó la placa conmemorativa por las tres décadas del foro que lleva el nombre de uno de los más brillantes dramaturgos mexicanos del siglo XX.

Por: Redacción/

El recinto que lleva el nombre de uno de los más importantes dramaturgos mexicanos del siglo XX, Teatro Sergio Magaña, de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, cumple 30 años de mantenerse como un espacio abierto a las artes escénicas desde ópera, danza, espectáculos infantiles, así como teatro clásico experimental y una diversidad de representaciones.

Este domingo 25, al término de la función de la obra “Perderlo todo menos la soledad”, la Secretaria de Cultura capitalina, Vannesa Bohórquez, encabezó la ceremonia de develación de la placa conmemorativa por las tres décadas del foro teatral y agradeció a quienes hicieron posible alcanzar este aniversario: personal técnico, de la parte administrativa, a actrices y actores, y a las directoras y directores “por el amor que le dan a la cultura en cualquiera de sus expresiones” y al público.

Destacó que tener un espacio abierto en estos días es algo verdaderamente afortunado; “estamos viviendo momentos muy complejos para la historia de la cultura y la cultura responde siempre de esta manera: con extraordinarias puestas en escena y con un extraordinario público. Que siga siendo el arte lo que nos regule en esta vida”.

En la ceremonia también participaron los actores Alberto Lomnitz, Valeria Fabbri y Paulina Méndez, elenco de “Perderlo todo menos la soledad”, Cecilia Ramírez Romo, directora del montaje además de Ángel Ancona, director del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, y Luis Chavira Alva, director del Teatro Sergio Magaña, cargo que ha desempeñado desde que se abrió el recinto y cuenta con una amplia trayectoria en las artes escénicas.

“Perderlo todo menos la soledad”, presentada por la compañía “Me dijo, le dijo, le dije”, en coproducción con Teatro La Capilla, realizó una temporada en el Teatro Sergio Magaña, la cual concluyó este domingo 25.

La obra, original de Valeria Fabbri, narra la historia de Macarena, una joven de 17 años que experimenta un dolor brutal en el estómago, un desasosiego que la nubla y la lleva a percatarse que algo extraño ha ocurrido porque parece ser invisible ante el mundo. En su desesperación, ella por fin se conecta con Florentino, un hombre de 81 años, con quien vivirá una fugaz y hermosa amistad, en un sitio en el que hay que “perderlo todo, menos la soledad”.

Historia del Teatro Sergio Magaña

A finales del siglo XIX el terreno donde se encuentra actualmente el recinto era conocido como la ‘’Quinta San Miguel’’. En 1887, Manuela Chillarón, de origen español, compró dicha propiedad y ahí mandó a construir en 1901 el Templo de Nuestra Señora de la Salud.

La Quinta, como era conocida, pasó a ser el Convento de las Siervas de María, cuidadoras de los enfermos, encabezado por la Madre Purificación y en 1935 fueron desalojadas por completo del inmueble, ya que en ese mismo año el entonces presidente de la República Mexicana, el General Lázaro Cárdenas del Río, firmó un decreto en el que se ordenaba el retiro del culto católico en el recinto.

En julio de 1981, el inmueble estuvo administrado por la Conasupo, institución que lo adaptó como auditorio. En 1990, el entonces Departamento del Distrito Federal (DDF), a través de la Dirección General de Acción Social, Cívica y Cultural (Socicultur), firmó un contrato-comodato con la Casa del Agrarista y así el recinto formó parte del acervo cultural del Gobierno del Distrito Federal.

El 26 de julio de 1991, en el marco del III Gran Festival de la Ciudad de México, se otorgó al recinto el nombre de Teatro Sergio Magaña, como reconocimiento a uno de los más brillantes dramaturgos mexicanos del siglo XX. El espacio se inauguró con una de sus obras más representativas (Santisima).

El Teatro Sergio Magaña se ubica en la calle Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, cerca del Metro San Cosme. El aforo al recinto es del 50 por cierto y tanto el personal como el elenco, así como los asistentes atienden las medidas sanitarias.