Por: César Hernández/

Careful (Cuidadoso), la más reciente producción discográfica del grupo originario de Savannah, Boy Harsher muestra ser uno de sus trabajos más elaborados, ya que la musicalización aunada a los gritos y susurros de su vocalista nos hace tomar precauciones pues nos puede orillar a un exorcismo armonizado al estilo minimal wave de los años 80.

Integrado por diez temas, este disco intenta crear una historia en la que no habrá espacio para la alegría y el equilibrio emocional. El tema Keep Driving comienza a posicionar la historia en una problemática irreversible, pues con la ambientación sonora genera un estrés espeluznante, posteriormente pasa a una atmósfera más bailable con Fate, la cual impregna al disco con una vibra de Synth Pop que perdura hasta la canción homónima que cierra con este trabajo.

Conformado por la vocalista Jae Matthews y el productor Augustus Muller, Boy Harsher es la clara evidencia de que el caos puede musicalizarse a través de ritmos y sonidos ambientales protagonizados por sintetizadores atmosféricos y secuenciadores bajos, los cuales generan una serie de imágenes demenciales y oscuras que nos hacen sentir parte de algún film de David Lynch.

La banda comenzó a principios de 2013 bajo el nombre Teen Dreamz tomando como base las historias escritas y leídas por Matthews. Posteriormente, haciendo más representativa la música, comenzaron a generar sonidos influenciados por la danza y las presentaciones dinámicas y espontáneas en vivo de la vocalista, fue así como encontraron el equilibrio preciso que los hace uno de los proyectos de electro dark más importantes de la escena.

Matthews y Muller-antiguos estudiantes de cine-estructuran sus proyectos como si fuesen una película, ya que crean una línea argumentativa y organizan las canciones para que el público comience a imaginar las escenas que nunca se separan de lo melancólico y sombrío. Indudablemente esta es la esencia primordial de Boy Harsher, una propuesta brutal con la que hay que ser “cuidadoso”.