Por: César Dorado/

La tesitura de su voz y su peculiar estilo al interpretar baladas románticas desgarradoras, convirtieron a Camilo Sesto en uno de los cantantes y compositores más representativos de su época, pues fue su presencia escénica y el fuego de sus letras, las que identificaron a una generación que le cantaba a la pasión y los amantes, una generación que vivía “sólo por alguien”.

De origen humilde, Camilo Blanes Cortés comenzó a descubrir su talento musical en el coro de su colegio en Alcoy, en donde con su peculiar acento valenciano y conocido por ser un joven travieso, era aclamado por sus compañeros para que siempre estuviera al frente de todos, entonando melodías dulces.

Inspirado por Joselito, “el niño de la voz de oro”, Camilo encontró su verdadera pasión por la música hasta la década de 1960, cuando se integró al grupo “Los Dayson”, una agrupación que realizaba presentaciones en bodas, bautizos y demás fiestas, interpretando temas de Bee Gees, The Beatles, Dúo Dinámico, Rápale, además de componer sus primeros temas.

Después de ganar un poco de popularidad en la tierra que lo vio nacer, él y el resto del grupo viajaron a Madrid para presentarse en el programa de televisión “Salto a la fama”, donde interpretaron “Flamenco”, de Los Brincos, y aunque el reconocimiento no fue el esperado, Camilo encontró en La Villa y Corte un puente fundamental para continuar con su carrera como solista. Fue así que, con fuerte pasión, entusiasmo y desvelo, comenzó a tocar instrumentos y hacer coros para otros músicos reconocidos.

Años más tarde, se unió al grupo de “Los Botines”, con quien participaría en el rodaje de la adaptación cinematográfica “El flautista de Hamelín”-cinta protagonizada por Miguel Ríos-, y “Los chicos del Preu”, una de las cintas más representativas en la historia de España.

A principios de 1970, Camilo decide aventurarse a la carrera de solista y autonombrase Camilo “Sexto”-en honor a ser el sexto hijo de su familia- y lanzó su primera producción bajo la dirección de Juan Pardo la cual no ganó popularidad e incluso, pasó un poco desapercibida. Sin embargo, un año más tarde, siendo ya Camilo Sesto, lanzó “Algo de mi”, tema que se colocó como tema número uno en listas de popularidad y lo que llevó al cantautor a consagrarse de manera definitiva como uno de los músicos más importantes de la música romántica en habla española.

Tras este éxito, la carrera de Camilo Sesto se fue inundando de un progreso imparable, pues gracias a su creatividad y pasión, logró embarcarse en una serie de giras por Latinoamérica, pero también por Estados Unidos y Japón.

Contando ya con el respaldo de sus fanáticos, el compositor se aventuro a crear la ópera-rock “Jesucristo Superstar”, donde interpretaba al propio Jesucristo y el elenco contaba con la participación de Ángela Carrasco como María Magdalena y con Teddy Bautista como Judas. La presentación de ese montaje le costó la crítica de algunos fanáticos católicos, pero eso no impidió que tuviese el récord mundial de la mayor cantidad de “número 1” en el mundo: un total de 52, y 18 en “Los 40 Principales”, al igual que 175 millones de discos vendidos.

Inspirado por seguir cultivando obras trascendentales, el cantante comenzó a componer temas para impulsar la carrera de artistas como Miguel Bosé, José José, Ángela Carrasco, Lucía Méndez, entre otros que siguieron ese ejemplo de postrar en sus interpretaciones un fuego romántico inigualable, casi tan inigualable como el del “rey del amor”.

Trabajador enardecido y pasional, Camilo Sesto dejó en su trayectoria un gran rastro de obras que prevalecerán en la memoria de sus fanáticos. Su melancólica manera de interpretar temas amorosos, fatalistas, alegres y desoladores, acompañado de esa personalidad libre que viajaba al vaivén de las flautas, violines y tambores, nunca dejarán de representarlo como uno de los grandes de la música romántica.

Rock, pop, disco, glam, soul, new age, grunge y más géneros fueron a los que el cantante español aportó su talento y gustaron a sus más fieles aficionados. Y aunque algo de su público a muerte, ya acostumbrado a su risa y a su ser, Camilo Sesto deja un espacio cubierto con más de 50 años de trayectoria y un amor inigualable a la música.