Por: Redacción /

Durante el mes de agosto continúa la oferta de exposiciones en los recintos museísticos de la Ciudad de México adscritos a la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República como en el Centro Cultural Tijuana, sin olvidar el destacado proyecto de la Capilla Sixtina en México, que se presenta con gran éxito en el estado de Chiapas.

En el Museo de Arte Moderno continúa la exposición Rufino Tamayo, éxtasis del color, compuesta por 34 obras pertenecientes al acervo del recinto, así como otras piezas clave que la complementan, provenientes de otros museos y colecciones particulares.

Rufino Tamayo fue el primer pintor que expuso en el Museo de Arte Moderno en septiembre de 1964. En este recinto hubo también dos exposiciones de su pintura, una en 1974 y otra en 1976. Ahora regresa después de 41 años para mostrar a las nuevas generaciones la magia de sus trazos y su visión estética.

El público podrá encontrar pinturas de todas las etapas creativas de Tamayo, desde sus primeras obras de finales de la década de 1920, hasta una pieza de 1989.

A unos pasos de ahí, en el Museo Nacional de Antropología se presenta la exposición Frobenius. El mundo del arte rupestre, que reúne 103 piezas entre fotografías y pinturas en escala uno a uno, realizadas durante las expediciones del investigador Leo Frobenius por África, Oceanía y Europa.

Las expresiones artísticas, místicas y simbólicas de seres humanos que caminaron por la tierra hace más de 40 mil años, podrán ser apreciadas en esta exposición con imágenes que invaluables registradas durante los viajes de este especialista, y que recorren la prehistoria de la humanidad, aportando una valiosa perspectiva a las sociedades modernas.

En este mismo recinto, se puede acceder a la exposición Mayas. El lenguaje de la bellezaMiradas cruzadas que ofrece un recorrido por la cosmogonía de esta civilización a través de 333 piezas halladas en 45 sitios arqueológicos y que recogen 2 mil años de historia continua, además de un discurso museístico donde se incluyen los registros de viajeros desde el siglo XVI.

En 500 metros cuadrados se puede apreciar la visión de los mayas en torno al cuerpo y sus representaciones de deidades, animales y de su vida cotidiana.

El Museo de Arte Carrillo Gil exhibe la muestra Cartografías líquidas que reúne piezas de 12 artistas españoles y mexicanos, quienes celebran con sus obras los 40 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y España.

La muestra, definida como un una lectura binacional y transversal de  12 artistas de ambos países en torno a los postulados del recientemente  fallecido filósofo Zygmunt Bauman y su noción modernidad líquida, en la que plantea que las relaciones humanas carecen de solidez.

Esta propuesta celebra el intercambio que se reactivó en 1977 entre España y México y que continúa construyendo ese puente colmado de coincidencias históricas que unen a muestras naciones en la política, pero también en la cultura y el arte.

En el Antiguo Colegio de San Ildefonso destacan dos muestras, la primera de estas Leo Matiz: el muralista de la lente que reúne 81 obras de este creador, quien fuera descrito como un visionario que con su retina nómada enriqueció el arte de la fotografía en América Latina

La exposición se enmarca en el Año Dual México-Colombia y da cuenta del talento de este artista que fue gran amigo de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Frida Kahlo, autor de una de las fotografías más bellas de María Félix y testigo de las andanzas de grandes figuras como Agustín Lara, Gabriel Figueroa y Emilio El Indio Fernández.

Este recinto ofrece asimismo la muestra Orígenes, a 150 años de la Escuela Nacional Preparatoria, que presenta piezas emblemáticas del legado de esta gran institución.

La exhibición conjunta 32 piezas entre las que se hallan los bustos de Gabino Barreda, Justo Sierra, un retrato de Benito Juárez, de Luis Marín Bosques, y escudos, estandartes, mobiliario y aparatos científicos utilizados en los laboratorios de química, física y matemáticas en las distintas etapas de la escuela en los siglos XIX y XX.

El Museo Nacional de Arte abre sus puertas a la muestra Por los siglos de los siglos. Exploración matérica con la colección del Museo Nacional de Arte, propuesta que crea un diálogo entre 21 piezas del artista contemporáneo Bosco Sodi y la colección del recinto.

El artista utiliza piedras volcánicas para esta exposición y en la muestra expone 100 de ellas pintadas en rojo junto al cuadro El martirio de San Lorenzo o presenta una piedra volcánica con un complejo adorno en cerámica y en tintes de oro, al lado de obras de José María Velasco.

En el Museo Mural Diego Rivera continúa la muestra Monstruosismos y nueva figuración, que reúne obras de artistas como Diego Rivera, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Vladimir Russakov, José Clemente Orozco Julio Galán, Rafael Coronel, Karel Appel, Henri Cartier-Bresson y Arnold Belkin, entre otros.

Son 43 piezas pictóricas y escultóricas que proponen ir en contra de representaciones falsas y naturalistas para mostrar el interior del ser humano y retomar la tendencia de la nueva figuración que durante el siglo XX tuvo en México exponentes a José Luis Cuevas, Rafael Coronel, Francisco Icaza, Artemio Sepúlveda y José Manuel Schmill, entre otros.

En otras latitudes, durante agosto el público podrá disfrutar en el Centro Cultural Tijuana, en Baja California, de la exposición El vaticano secreto: Massimo Listri, que a partir del 11 de agosto presentará una serie de fotografías que muestran la belleza de los recintos más antiguos de la ciudad papal.

Son más de 50 imágenes que brindan un recorrido por espacios emblemáticos como la Biblioteca Apostólica y los museos Pio Clementino y Gregoriano Profano.

En el estado de Chiapas se presenta el magno proyecto de la Capilla Sixtina en México que recrea con 2 millones 700 mil fotografías los frescos de Miguel Ángel en el Vaticano.

La muestra permanecerá hasta el 6 de agosto en Tuxtla Gutiérrez, para después ser instalada en el municipio de Tapachula del 5 de septiembre al 1 de octubre.

Chiapas es el cuarto destino de esta réplica de tamaño natural, con una estructura tridimensional que ocupa 510 metros cuadrados, mide 22 metros de altura, 67 metros de largo y 28 de ancho, y realizada bajo la supervisión de los Museos Vaticanos.