Por: Redacción

“Siéntate y observa”, parece decirnos David Dahlhaus en cada una de sus fotografías en las que la composición, el color y los temas son tan sólo detalles para adentrarnos en los mínimos gestos de los personajes que retrata y en las comisuras de los paisajes que nos narra.

David Dahlhaus es un fotógrafo editorial, comercial y de moda, con un estilo que insiste en la importancia del color en las imágenes, donde la energía se desborda. Él cree que la gran creatividad en sus proyectos es el resultado de un trabajo en equipo, y en afanarse muy cercanamente con quienes lo miran del otro lado de su obturador.

El artista es un constructor de historias que se esfuerza por mostrar el alma de un modelo, la nostalgia de un paisaje, los bordes de una flor, los instantes azarosos de los animales.

Nacido en la ciudad de México en 1980, David Dahlhaus tuvo su primera cámara a los cinco años, un regalo de Navidad que puso a girar sus emociones captando las primeras imágenes. Luego continuo tomando fotografías y estudió diseño industrial; tomó más fotografías y viajó por diferentes regiones del mundo al trabajar para un canal de televisión. Durante su periplo mostró la nostalgia de esos lugares y su fauna; comenzó a captar imágenes de megaconstrucciones y carreteras, y a detenerse en los pequeños detalles y su flora; hizo retratos de modelos en pasarelas y nos dejó ver sentimientos; y así se hizo fotógrafo profesional con una carrera apasionada, y ahora, reconocida que lo ha llevado a colaborar en campañas de diversas firmas, además ha trabajado para los diarios El Universal y Reforma, y el Vitra Design Museum de Alemania.

David Dahlhaus estudió diseño industrial en la Universidad Iberoamericana, arte y diseño en la University of Art and Design de Helsinki y fotografía la Speos París Ecole de Photographie.

Reconoce en el francés Henri Cartier Bresson, en la estadounidense Annie Leibovitz y en el británico Tim Walker, sus influencias más marcadas.

David Dahlhaus empezó a hacer fotografías con toda libertad en las pasarelas, esa voluntad lúdica le dio oportunidad de conocer nuevas técnicas y jugar con luz del día y la que se puede controlar en un estudio; fue descubriendo las relaciones del ser humano con algo que puede ser la divinidad o la sexualidad. Trabajó con la constructora Ica, para detallarles en lo que iba apareciendo al construirse nuevos caminos por México, y en esa infraestructura desde lo alto contempló iglesias, paisajes abiertos que sólo pueden ser construidos por algo como la fe, allí encontró también flores, insectos, gotas de agua. Viajó con Discovery Chanel desde la Patagonia hasta Kenia y llegó a China comprendiendo que los animales no hablan con la boca pero si a través de una mirada y sus movimientos.

Realiza fotografías de moda en donde los movimientos corporales y los desnudos van a la intimidad con elegancia y un toque de surrealismo, hasta sacar de cada rostro esa doble naturaleza o mejor dicho, una Segunda naturaleza, como ha titulado a esta exposición.

Sus fotografías como todo lenguaje artístico son intraducibles,
se dicen a sí mismas, son imágenes escritas, del mismo modo que hay palabras pintadas. La fotografía nos mueve y conmueve, como dijo Octavio Paz, y es arte poético porque al mostrarnos esto alude o presenta a aquello. Sus imágenes no son ilustraciones de un texto: son el texto mismo.

Segunda naturaleza se inaugurará el próximo jueves 12 de mayo a las 19:30 horas en la Fundación Sebastian, Patriotismo 304, colonia San Pedro de los Pinos, entre Calle 7 y Calle 5, Delegación Benito Juárez. Ciudad de México. La entrada es libre.