Por: Paola González/

Mujer admirada por su desempeño artístico en diferentes sectores; Violeta Parra fue una artista chilena que innovaba constantemente en ámbitos como: pintura, escultura, en bordados, entre otros. A 53 años de su fallecimiento es recordada por ser pionera de la música popular chilena.

Con su capacidad para transmitir lo que sentía a través de sus composiciones, logró contagiar a su público un sentimiento inexplicable cuando cantaba y tocaba su guitarra. También fue una gran motivación para diferentes artistas que siguieron sus pasos.

Gracias a las nuevas propuestas que adquiría con sus experiencias a lo largo de su vida artística tanto nacional como internacionalmente, amplió su panorama respecto al mundo y así plasmarlo en pinturas llenas de colores, esculturas, bordados y cerámica que reflejaba su afición por el arte.

Sus inicios en la música fueron desde su juventud, a los 17 años cantaba en un restaurante acompañada de su hermana Hilda y poco a poco se fue adentrando en la industria musical hasta llegar a su creación “Gracias a la vida”, convirtiéndose en una destacada folclorista en la década de los 50 gracias al éxito de esa melodía.

El tema del amor y de la realidad social de los grupos vulnerables de su país fue el punto de partida para ella. Cuando conoció al ferroviario Luis Careceda, encontró la motivación para expresar el amor.

Más tarde contrajo matrimonio en 1938; su romance duró toda una década que la llenó de aprendizajes y lecciones de vida, tiempo después llegó su separación. Fue tan importante y doloroso para ella que la llevaron a tener una depresión que no pudo superar.

Hoy la recordamos a 53 años de su muerte, una mujer que fijaba mucho los detalles en sus obras. Su intensidad en la carrera, su desilusión amorosa y sus problemas económicos a pesar de su fama, causaron que entrara en un estado de depresión que la condujo a la triste decisión de acabar con su propia vida en 1967, dejando una impronta tanto en Chile como en el mundo.