Por. Redacción/

El destino de los terrenos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México una vez que deje de operar, tendrá que ser definido de manera conjunta entre la población y las autoridades, no tiene que surgir de una oficina de algún empresario multimillonario como Carlos Slim o de una de alguna organización altruista, afirmó el diputado federal del PRD, Rafael Hernández Soriano.

La Ciudad de México tiene muchos ejemplos de proyectos decididos por la iniciativa privada y han resultado inviables para equilibrar el desarrollo y disminuir la pobreza, además, en lugar de romper los círculos de pobreza ha reforzado la marginación, afirmó.

El presidente de la Comisión Especial en la Cámara de Diputados que da Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto, indicó que no ayudan las ocurrencias sobre qué se debe hacer una vez que deje de operar el actual aeropuerto, tiene que ser un ejercicio de consulta y participación en el que es indispensable tomar en consideración la opinión de la población directamente involucrada, además de basarse en estudios científicos y la opinión de especialistas y técnicos.

Esos predios tienen que ser utilizados para responder a la necesidad social, cultural y ambiental de los ciudadanos, añadió.

“Es muy fácil para los empresarios, como ahora lo hace Carlos Slim, subirse al tren de las ocurrencias y proponer con base en su perspectiva el desarrollo de todo tipo de negocios, inmobiliarios, sanitarios, esparcimiento, etcétera”, añadió.

“Lo que tenemos que hacer es escuchar primero a la población y que ésta esté bien informada sobre el alcance de cualquier proyecto, ver cuáles son las necesidades de la ciudad de México, qué es más conveniente para contrarrestar los cinturones de pobreza que se formaron precisamente por ocurrencias y la mala planeación”, subrayó el diputado federal.

Hernández Soriano recordó que en 2016 junto con autoridades de la ciudad de México se realizaron asambleas informativas en todas las colonias colindantes al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a fin de que los vecinos conocieran que esta fuente de empleo dejaría de funcionar en el 2020 de acuerdo a los cálculos del gobierno federal que construye el nuevo aeropuerto.

La Ciudad de México necesita del espacio que dejará el actual aeropuerto y tiene que ser utilizado de la mejor manera para equilibrar los polos de desarrollo. “La necesidad de la población debe predominar sobre los intereses comerciales y las ocurrencias”, añadió.