Por: Redacción/

Las artes performáticas pueden definirse como trabajos interactivos y de construcción de significado, cuyas implicaciones tiene que ver con un orden simbólico inmaterial que se produce y se consume en espacios abiertos en el acto, indicó la doctora Azucena Feregrino Basurto, posdoctorante en el Posgrado de Estudios Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“Los actores y actrices de calle instauran prácticas que no sólo relativizan las nociones del espacio público como medio y vía de las dinámicas de producción y consumo capitalista, sino que también cuestionan los referentes que encasillan las actividades de sentidos artísticos al ámbito clausurado destinado a las élites”.

La especialista en estudios laborales apuntó que estas actividades no son de reciente emergencia ya que han formado parte de la vida social de las calles durante décadas y poseen singularidades como la naturaleza y el formato de los proyectos, el público al que va dirigido y las condiciones de trabajo, entre otras.

Durante la mesa redonda Trabajo no clásico en el arte urbano: trabajos de teatro de calle, botargas, estatuas humanas y personajes, realizada en la Unidad Iztapalapa, la maestra en Estudios Sociales por la UAM refirió que en la actividad teatral son especialmente relevantes las diferencias derivadas del lugar de trabajo, ya que existe un contraste al presentarse en lugares cerrados como las salas convencionales o los espacios abiertos o las vías públicas.

Estas labores comparten algunas características a nivel global, por ejemplo, presentan un carácter atípico y en muchas ocasiones precario, además de una relación directa con la economía informal.

“El artista de calle corre con la misma suerte que el comerciante ambulante, muchas de las características que comparten se deben principalmente a la apropiación efímera del espacio público, a través de usos no previstos o sancionados por los ordenamientos urbanos”.

Salomón Santiago, actor e integrante de La Quinta Teatro, indicó que en México existen muy pocos especialistas sobre el teatro de calle, comparado con Francia, Gran Bretaña y España, que poseen una antigua tradición en este rubro y tiene muchas formas y variantes que implican música, danza y artes plásticas, lo que permite otro tipo de resonancias vinculadas con el cuerpo, la voz, los títeres y otros objetos.

Lo anterior, dijo, permite construir una relación más directa y una comunicación frontal con los espectadores, lo que hace de esta actividad una creación inclusiva y participativa que se basa en la capacidad de captar la atención de los transeúntes y generar un público.

Este campo presenta problemáticas muy concretas como la procuración de fondos, la gestión de lugares, el apoyo institucional y la falta de seguridad social y laboral, por lo que es necesario crear redes de trabajo y colaboración.

En tal sentido la gestora Viridiana Mendoza apuntó que aunque existen áreas de oportunidad en el país no se ha potenciado la gestión del ocio y el tiempo libre, y que fue apenas hace algunos años cuando se empezó a dar la profesionalización en este campo.

También es importante promover estas expresiones ya que apelan a la equidad y la democratización de las artes, puesto que muchas veces las condiciones culturales, económicas y sociales dificultan la asistencia a teatros y otros recintos.