Por: Redacción/

Debido a que el infarto agudo al miocardio es la primera causa de muerte en la población mexicana, como consecuencia del sobrepeso y la obesidad, el diputado Luis de León Martínez Sánchez (PAN) urgió a la Secretaría de Salud a realizar campañas permanentes para hacer conciencia entre la población y difundir acciones preventivas y oportunas para reducir su incidencia.

En un punto de acuerdo, el legislador solicitó también al titular del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a difundir las bondades de la aplicación móvil denominada “app AsISSSTE Infarto”, cuyo propósito es que cualquier persona, derechohabiente o no, pueda activar una alarma si presenta síntomas de infarto al miocardio, para ser atendida en los primeros 90 minutos en la unidad médica del instituto más cercana.

Apuntó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) refiere que en México la tasa de mortalidad por esa enfermedad cardiovascular es de 27.2 por ciento, la más alta entre los países miembros de ese organismo; es decir, un promedio de 100 mil mexicanos fallecen cada año por dicho padecimiento.

Atender estos trastornos es una prioridad para el sector salud, ya que entre 2000 y 2012 los niveles de sobrepeso u obesidad aumentaron de 62 a 71 por ciento en la población adulta, y uno de cada tres niños los registra. Además, la tendencia se agrava porque más del 15 por ciento de los adultos padece diabetes, el doble del promedio que prevalece en las naciones de la OCDE, que es 6.9 por ciento, subrayó.

Martínez Sánchez argumentó que, entre las enfermedades cardiovasculares, el infarto agudo al miocardio se presenta cuando existen elevados niveles de grasas en las arterias, causado por una inadecuada alimentación. Estudios recientes señalan que estas sustancias empiezan a acumularse desde la niñez, por lo que es necesario comer sanamente y realizar alguna actividad física desde la infancia.

Es necesario informar y sensibilizar a la población sobre la importancia de asistir inmediatamente a los servicios médicos en caso de presentar la sintomatología del infarto, como son dolor en el centro del pecho, desviación de la mandíbula, sudoración y vómito, recomendó.

La prevención secundaria, es decir, la detección temprana y el tratamiento adecuado de las enfermedades crónicas, no se divulga de la mejor manera, ya que los pacientes que se saben diabéticos, casi un millón de mexicanos, no visitan a un doctor para realizarse una revisión rutinaria en el año último.

Esto significa, continuó, que el tratamiento de la diabetes es deficiente a nivel de la población, al detectarse que 24.7 por ciento de los enfermos tiene riesgos considerables de sufrir complicaciones como accidentes cerebrovasculares, infartos cardiacos, insuficiencia renal o pérdida de la visión, y en el 49.8 por ciento de los casos el riesgo es muy alto.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut) planteó que entre las personas con hipertensión -un factor de riesgo importante y tratable para los accidentes cerebrovasculares y los infartos cardiacos-, el 47.3 por ciento no sabía que padecía esta condición. De los pacientes que estaban conscientes, solo el 73.6 por ciento recibía tratamiento y menos de la mitad había reducido su presión de manera adecuada, argumentó.

Explicó que, pese a las diversas acciones promovidas por la Secretaría de Salud, en coordinación con distintas dependencias como el Instituto Nacional de Cardiología, a través del “Programa Nacional para la Atención Oportuna de Infarto Agudo al Miocardio”, se requieren más proyectos de concientización y difusión para que la población este atenta a su salud.

Sobre todo, advirtió, porque el infarto al miocardio se ha convertido en un serio problema de salud pública que enfrenta el país, que “requiere un verdadero enfoque ambicioso e integral para que, a través de programas de salud implementados en una política pública y calidad en la atención médica, se pueda ofrecer un mejor cuidado en su prevención”.