Por: Redacción

Existen enfermedades en obstetricia que pueden complicar un embarazo, como un aborto, nacimiento prematuro, rotura de membranas, problemas vaginales y hasta caries dentales, en las que una infección, en apariencia sencilla, puede convertirse en un serio riesgo para la salud de la mujer, explica la directora del Hospital de la Mujer, doctora María de Lourdes Martínez Zúñiga.

Durante el estado de gestación, por ejemplo, se producen cambios en los tejidos orales que pueden iniciar enfermedades bucodentales o agravar las ya establecidas. La mucosa bucal puede afectarse en el embarazo, una de las causas es el vómito que se produce en el primer trimestre.

De ahí la importancia de la prevención, la atención oportuna y valorar las consecuencias que puede tener para el bebé no solo la falta de cuidado bucal, sino en general de la salud de la madre.

El Hospital de la Mujer, dependiente de la Secretaría de Salud y fundado en 1582 con el nombre de Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados, atiende 25 mil consultas anuales, solo en el servicio de Urgencias.

De ellas, resaltan los casos relacionados con infecciones vaginales y de vías urinarias, enfermedades que no presentan síntomas hasta en 50 por ciento de las embarazadas, pero de no atenderse, pueden representar un riesgo a su salud.

Las infecciones vaginales o también llamadas “vaginitis” son padecimientos que, además, afectan a las mujeres en todo el mundo, y sus causas y sintomatología son diversos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en época de calor el riesgo de adquirir infecciones vaginales aumenta hasta 50 por ciento, por lo que es conveniente tomar precauciones que protejan la salud íntima.

Para evitar que la vaginitis se convierta en un problema mayor, es necesario detectar los factores de riesgo como vida sexual activa, mala higiene íntima, cambios hormonales o uso de ropa interior inadecuada.

Entre los síntomas más comunes se encuentran el olor vaginal fuerte, picazón, ardor, irritación, flujo vaginal de color café, verdoso o amarillo oscuro.

Cuando esta sintomatología no se atiende a tiempo o se ignora, hay riesgo de complicación, ya que una vaginitis simple puede ascender hasta el cuello uterino, inflamar el cérvix y provocar úlcera debido a hongos, bacterias o virus.

La doctora Martínez Zúñiga explica que el servicio médico del Hospital de la Mujer también atiende situaciones de hemorragia en el embarazo, que ocupa entre el segundo lugar como causa de mortalidad por complicaciones en etapa de gestación.

Hasta el 10 por ciento de las mujeres presenta sangrado vaginal en algún momento durante la gestación, especialmente durante el primer trimestre. Aclara que es más común cuando se trata de mellizos.

Y detalla como causas de hemorragia: la complicación de placenta previa, cuyo factor de riesgo es haber tenido con anterioridad una cesárea, y el desprendimiento de placenta, asociado a los estados hipertensivos del embarazo. En estos casos, se han realizado protocolos que en 2015 permitieron mantener mortalidad cero y en 2016 de solo dos: uno por cáncer de mama y otro por sepsis.

El sangrado vaginal durante los tres primeros meses del embarazo puede ser una señal de aborto espontáneo o gesta ectópica. Sin embargo, cuando se registra entre el cuarto y noveno meses, representa un signo de desprendimiento prematuro de placenta, aborto espontáneo, y placenta o vasos previos.

Ante cualquier señal de sangrado, los especialistas recomiendan acudir de inmediato a los servicios médicos y no tomar medicamentos sin la autorización profesional.

La doctora Martínez Zúñiga precisa que entre los padecimientos que de no atenderse con oportunidad pueden prevalecer después de la gestación destacan: intolerancia a los carbohidratos, diabetes gestacional e hipertensión.

Ante este panorama, insiste en la importancia de que las mujeres se atiendan oportunamente cualquier síntoma en el embarazo, sobre todo aquellas madres que contemplan tener otro hijo. Sin un control adecuado, por ejemplo de la diabetes, se complicaría 50 por ciento más la siguiente gestación.

Para ayudar a prevenir un aborto espontáneo, así como otros problemas durante el embarazo, es recomendable evitar el cigarro y el consumo de drogas de cualquier tipo, incluido el alcohol; consumir una dieta balanceada; acudir a chequeos médicos con regularidad y, tomar vitaminas prenatales (o ricas en ácido fólico) antes y después del embarazo.