Por: Redacción/

El diputado Rafael Hernández Soriano, secretario de la Comisión de Derechos de la Niñez, aseguró que las políticas públicas no se han traducido en acciones que materialicen sus derechos a la juventud en México, a pesar de propuestas para que el Estado escuche a este sector de la población, como lo señala la Constitución.

Durante la presentación del libro “La Cultura Política de los Jóvenes”, el legislador del PRD apuntó: se les utiliza de forma recurrente en el discurso político, pero no son correspondidos, no hay dónde puedan acercarse para exigir sus derechos.

“En las campañas del siguiente año se verán las estrategias que usarán para atraer a este sector -ya sea poniéndose una chamarra de rockero o a través de empresas de marketing-. Se escucharán sus exigencias, pero también habrá promesas oportunistas que se presentan en cada elección.

Cuestionó que candidatos a puestos de elección pagan millones de pesos a empresas de marketing para saber qué piensa la juventud en México, cuando bastaría con escucharlos. Planteó sancionar a las instituciones de gobierno que no materialicen sus derechos.

En el evento, realizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, consideró que los datos que brinda la obra presentada “aportan herramientas para atender mejor a este sector”.

Silvia Gómez Tagle, una de las autoras del libro, señaló que las autoridades de todos los niveles se muestran agresivas contra jóvenes, quienes se sienten el sector más vulnerable de la población, especialmente frente a la policía. “Falta una política de empleos, pero en lugar de ello se les persigue”, lamentó.

Pidió impulsar una Ley de Derechos para Jóvenes, debido a que es un sector importante “que se está perdiendo, especialmente por la falta de empleo, que podría convertirlos en algo negativo”.

Antonio Pérez Islas, coordinador del seminario en investigación de Juventud de la UNAM, comentó que la obra contiene una serie de artículos en torno a la Encuesta Nacional sobre Cultura y Participación Política de los Mexicanos, realizada en 2012, y viene a cubrir la ausencia de estudios sobre la población juvenil.

“Confirma que la distancia entre la política formal y los intereses de la juventud dista mucho, ya que la estructura partidaria no se ha vinculado con dicha población”.

“Las malas noticias para los partidos políticos” es que si bien hay interesados en esos institutos, sólo cerca del 2 por ciento de quienes los conforman son partidarios juveniles.

Existe una influencia electoral real de los progenitores hacia sus hijas e hijos, aunque no al grado que se esperaría; lo que se suma a que este sector tiene poca confianza en la política.

Roberto Gutiérrez López, investigador de la UAM, refirió que hay una desventaja social de los indígenas frente a los urbanos, por la capacidad de acceso a la información. Pidió dotar al sector juvenil con una Agenda de Derechos que los atienda, ya que “pasan por un periodo que los está redefiniendo”.