Por: Doris Carmona y Patricia Ramírez

Periodistas exigieron a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos Contra la Libertad de Expresión (FEADLE) justicia ante los asesinatos, desapariciones y ataques ocurridos en las últimas dos décadas a informadores en todo el país y que ya suman más de cien.

Otra vez, decenas de periodistas (fotógrafos, camarógrafos, reporteros y de todas las especialidades que conforman la actividad periodística) volvieron a marchar, y esta vez utilizaron como frases #NoAlSilencio, para conmemorar un mes del asesinato del periodista sinaloense, Javier Valdez, a un mes del suceso.

La marcha dio inicio a las 18:50 horas en el Palacio Postal para después caminar a Bellas Artes, donde se unieron más asistentes y extendieron la bandera de México en color negro, la cual tenía escrito “El Estado ha muerto”.

Al grito de “Ni uno más”, periodistas de la capital y diferentes estados como Veracruz, Guerrero, Sinaloa, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua, entre otros, pidieron un alto a la impunidad, castigo para autores materiales e intelectuales de los crímenes, erradicar la violencia por parte del crimen organizado, además de dar a conocer los avances de las investigaciones que realiza el gobierno mexicano.

Afuera de las instalaciones de la FEADLE, se realizó un pase de lista de los periodistas asesinados y desaparecidos desde el año 2000 hasta la fecha. Además, se pegaron fotografías, carteles con la frase “clausurado por permitir impunidad”, cintas de precaución y se encendieron veladoras.

En el evento participaron colaboradores de diversos medios como el Semanario Ríodoce en el que trabajaba Javier Valdez y el Colectivo Voz Alterna de Veracruz, quienes exigieron comprobar estrategias de seguridad del gobierno mexicano para un mejor desempeño del periodismo.

Foto: Mugs Noticias/ Patricia Ramírez. Bandera mexicano de luto con la frase “El Estado ha muerto”.

La rabia y el dolor se presentaron con forma de veladoras y gritos de justicia… justicia… justicia se extendía por las paredes y se metió en los huesos y en el alma de asistentes y transeúntes.

Mientras una larga manta se extendía sobre la fachada del edificio que alguna vez albergó la sede de la PGR y en ella se torturaba a los detenidos, en la calle de López 12, y ahora se utiliza para la Subprocuraduría de Derechos Humanos, la zona de fue llenando, pero falta que la sociedad defienda a quienes le informan, a quienes arriesgan su vida por llevar una nota, una imagen, por elaborar un diario o un noticiero radiofónico o televisivo.

La condena fue contra la violencia, esa violencia que azota a millones de mexicanos, en colonias, barrios o entidades, porque la violencia y la impunidad son los males estructurales que nos afectan a todos.

Los periodistas marcharon, necesitan garantías, las mismas que necesitan todos los habitantes.

La exigencia se mantiene, ¡justicia!