Por: Patricia Ramírez

Tener hijos es un trabajo de equipo, criarlos no siempre lo es. Los roles de género en nuestra sociedad señalan a la mujer como la imagen ideal del ámbito doméstico para cocinar, lavar, planchar, educar y cuidar de los niños, pero hay hechos que están cambiando: cada vez hay más madres trabajadoras, cierto; cada vez existen más madres solteras, cierto; cada vez los padres realizan más labores domésticas, cierto; también existen padres solteros y pocos hablan de ellos, cierto.

“Si me preguntan cómo le hice, la verdad no sé”, estas son las palabras que el señor José Nava utiliza para describir sus ocho años como padre soltero, suceso que lo dejó como único responsable de sus tres hijos después del fallecimiento de su esposa; con un trabajo que le obligaba a salir de viaje y el nuevo hábito de entregarse por completo a los quehaceres del hogar.

La situación de José es una de las tantas que existen pero pocos conocen, en el año 2000, el Consejo Nacional de Población consideró a los padres solos como un sector emergente; en 2005, 841 mil padres se encontraban en esta situación; y actualmente hay alrededor de 100 mil.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indica que hay 796 mil hogares mexicanos llevados por un hombre, de los cuales 259 mil son separados o divorciados, 42 mil fueron abandonados y 495 mil son viudos.

Los padres solteros representan a un 19 por ciento de las familias monoparentales: INEGI

Labores del hogar, crianza y trabajo: la nueva rutina

“Yo sentía mucho compromiso con mis hijos, eso era realmente lo que me impulsaba para adelante, para tratar de resolver todos los problemas”, dice el señor Nava sobre sus primeros meses sin el apoyo de su esposa, sus problemas recaían principalmente en el ámbito familiar, sin embargo para otros padres esto varía.

Las causas como viudez, separación, abandono y divorcio no son una situación tan compleja como la rutina que involucra el cuidado, manutención y educación de los hijos, la cual deriva en problemas desde el ámbito laboral hasta la situación familiar y personal; aunado a los comentarios de otras personas como “no podrá solo”, “los hombres necesitan de una mujer para la crianza”, “es mejor si te casas otra vez”, “ninguna mujer quiere una relación con un hombre sin hijos”, entre otros.

A pesar de la problemática de cualquier tipo, al igual que los comentarios y prejuicios sociales, para los estos padres existe un conflicto mayor, el tiempo. José afirma que una de las partes más complicadas era la falta de tiempo para estar con sus hijos, principalmente cuando se trataba dos jóvenes estudiantes de preparatoria y una niña que cursaba la primaria.

Sin embargo, José resalta en varias ocasiones, “mi principal interés era sacarlos adelante”… frase con la cual, miles de padres mexicanos concuerdan.

Los hombres “no necesitan ayuda”, dice la gente

Los hogares integrados por un padre o madre sin su pareja, es decir, los monoparentales representan el 21 por ciento de todas las familias mexicanas; Ciudad de México, Morelos y Guerrero son las entidades federativas con mayores índices de estas familias, informó el INEGI.

Del total de hogares monoparentales, los padres solos representan un 19 por ciento, a pesar de no ser un fenómeno actual, no son un grupo de gran presencia en las actuales necesidades y exigencias sociales, al menos no tanto como puede serlo una madre. Las cifras y estudios sobre ellos son mínimos e inexactos. Las políticas que pueden ayudarles son casi inexistentes, y las iniciativas se encuentran congeladas, sólo hay un par de casos rescatables.

Debido al aumento de los padres solos, cada vez son más necesarias las políticas e iniciativas que incluyan al sector.

En 2015, María Luisa Gutiérrez Santoyo, diputada del Partido Nueva Alianza, expresó que en México discriminan a padres solteros a pesar de ser una población en aumento, ya que no les otorgan el derecho al servicio de guardería, por lo que presentó una iniciativa para reformar la Ley del Seguro Social y la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la cual debía apoyarlos sin importar su estado civil.

Mientras que en 2016, Mariana Moguel Robles del Partido Revolucionario Institucional (PRI), propuso la iniciativa para reformar la ley que establece el derecho a recibir un Apoyo Alimentario a las Madres de Escasos Recursos, residentes en la Ciudad de México, para apoyar a las familias de padres solos.

“Hemos cargado con una herencia de roles de género, de estereotipos marcados quizás por una cuestión cultural, donde los hombres estarían llamados a tener un rol secundario en la crianza y desarrollo de sus hijos. Sin embargo, los procesos de integración de familias diversas, así como la composición de diferentes tipos de hogares, llevando a una redefinición de los roles de los padres y las madres en el ámbito doméstico y en la relación con sus hijos”, expresó Moguel.

Los resultados casi finales

“Estoy muy orgulloso de lo que logré con mis hijos. Valió la pena sacrificarse como persona, vale la pena sacrificar cosas que a la larga la vida compensará”, son las palabras como José Nava resume su labor como padre soltero. Han pasado 15 años desde la muerte de su esposa, su hija pequeña es doctora y sus hijos mayores ya se encuentran casados, tiene nietos, un trabajo propio e incluso ahora una nueva pareja.

A pesar de las historias de éxito y algunas de fracaso que puedan existir, los padres solteros también pueden  ser un grupo vulnerable y con necesidades. Educan y cuidan solos a sus hijos, cierto; cada vez hay más padres solteros, cierto; también se enfrentan a los roles de género y los prejuicios sociales, cierto; se debería hablar más de ellos, indudablemente cierto.