Por: MUGS / Redacción

El monograma de Jesucristo custodiado por dos ángeles, rodeado de religiosos jesuitas en labor de enseñanza, decoran el frontispicio de una de las joyas manuscritas de la imprenta flamenca del siglo XVI que conserva la Biblioteca Nacional de México (BNM) bajo custodia de la UNAM.

Con el propósito de mostrar las obras que alberga su Fondo Reservado, se presentó el libro Adnotationes et Meditationes in Evangelia, “considerado la obra clave en la conformación de la espiritualidad de la Compañía de Jesús, pues supone una compleja relación entre imagen y texto que tenía como fin la edificación religiosa”, resaltó César Manrique, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).

La intención de Jerónimo Nadal, el autor, era representar mediante texto y grabado escenas narradas en los evangelios, que debían recrearse mentalmente al grado de que el lector se hiciera partícipe de estos episodios a través de la meditación de la vida y obra de Jesucristo, describió el universitario.

Tras una herida en la Batalla de Pamplona (1521), Ignacio de Loyola reflexiona y profundiza en la fe católica y decide cambiar su vida militar por la religiosa. Así desarrolla una serie de ejercicios espirituales (meditaciones, oraciones y ejercicios mentales) y funda la Compañía de Jesús, mejor conocida como la orden jesuita.

599(2)

César Manrique, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.

“Pensaba que la meditación contemplativa-metódica podía encontrar su materialización o hacerse visible a través de imágenes concebidas especialmente a partir de una obra espiritual”, inquietud que compartió con Jerónimo Nadal, detalló el experto en historia del arte.

A la muerte de Loyola (1556), Nadal –o Hieronymus Natalis, jesuita mallorquín– puso manos a la obra. Recopiló las anotaciones y meditaciones y junto con jesuitas romanos encomendaron la tarea de los grabados a los hermanos Wierix.

Adnotationes et Meditationes era un libro de consumo interior de la orden, se piensa que estaba dirigido a los novicios para los días de fiesta o los domingos; los profesores podían practicarlo y aplicarlo con sus alumnos.

Impreso en Amberes, Bélgica, por los talleres de Martín Nuncio II, los 153 grabados se incluyeron en dos volúmenes, uno elaborado en 1594 (con encuadernación sencilla) y otro en 1595 (con formato de lujo). Nadal murió en 1580 y no logró ver los aportes metodológicos de su publicación a la espiritualidad moderna ni el alcance internacional que obtuvo.

De acuerdo al universitario, los dos géneros textuales que acompañan a los grabados están bien diferenciados: primero las Adnotationes o anotaciones, que son comentarios, y las Meditationes o meditaciones, reflexiones para la oración.

Las escenas se acompañan de grabado, cuyo nombre de la fiesta litúrgica se detalla en la parte superior junto con el evangelio donde se puede encontrar; también se especifica la edad que posiblemente tenía Jesús cuando sucedió el episodio; en la parte inferior está plasmado el texto en latín.

599(3)

Foto Cortesía de César Manrique

Manrique aseguró que los colegios jesuitas y su sistema educativo favorecían el consumo de grandes cantidades de libros dedicados a la enseñanza de latín, teología, historia y matemáticas. “Recordemos que tienen un papel importante en la educación; reciben niños, tienen escuelas de primeras letras y de gramática, todas religiosas”.

La producción de la prensa novohispana no abastecía las necesidades bibliográficas de la orden, por lo que se recurría a las importaciones europeas durante los siglos XVI, XVII y parte del XVIII.

Ante las querellas por la falta de libros, Everardo Mercuriano, uno de los generales de la Compañía, solicitó a la Corona el envío de ejemplares desde Sevilla –considerada un centro de distribución bibliográfica–, entre los cuales se encontraron estos ejemplares.

“Puebla, Guadalajara, Querétaro, Tepotzotlán y la ciudad de México albergan un juego de la obra de Nadal; es decir, tenemos al menos 10 volúmenes en todo el país”, concluyó.