Por: Redacción

“Sin paz no podemos ayudar a los niños ni a la gente que lo necesita, ni tampoco podrán regresar sus medios de vida”, dijo Henrietta Fore, la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia, al final de su visita de cuatro días a las ciudades de Aden y Sana’a, en Yemen.

Casi 10.000 personas han muerto desde que una coalición militar liderada por Arabia Saudita comenzó a luchar en Yemen para restaurar el poder del gobierno internacionalmente reconocido luego que los rebeldes hutíes tomaran control de Sana’a en 2015.

Al menos 2200 niños han muerto y 3400 han sido heridos, asegura UNICEF, con el temor de que los verdaderos números puedan ser más altos.

“Hemos estado muy preocupados por el colapso de dos sistemas: uno es el de salud, y el otro es el  educativo. Cuando vas a Yemen, te encuentras con funcionarios que dicen que esos sistemas en realidad están derrumbados”, contó Fore.

Los hospitales han sido dañados, las escuelas se han convertido en refugios o han sido tomadas por grupos armados. A los médicos, las enfermeras y parteras no se les ha pagado desde hace dos años, pero aún van a trabajar por la epidemia de cólera. Los docentes tampoco reciben su sueldo, la mitad de las escuelas están cerradas y hay jóvenes viviendo en la calle. Unas 1500 instituciones han sido dañadas en ataques aéreos y bombardeos en los últimos tres años.

“Hay 22 millones de personas necesitadas, se trata de un número extraordinario, 11 millones de esas personas son niños, un número mayor que la población entera de Suiza. El 80% de las personas están por debajo del nivel de pobreza, tenemos 8,4 millones que están al borde de la hambruna y un niño muere cada diez minutos”, expresó la directora de UNICEF.